Querido Leganés (todavía me estoy acostumbrando a ese alias porque siempre te has colado en mis conversaciones y recuerdos con tu genuino nombre que, por cierto, triplica al de Pedro según el INE), tengo la rara habilidad de separar el grano de la paja, esta pericia, tan poco extendida entre los mortales, me hace diferenciar al artista de su obra, o mejor dicho, a la persona que hay detrás del artista, lo contrario además de injusto sería poco inteligente.
A Almodóvar le debo tres películas memorables que forman parte del Olimpo de mis inmortales del cine español: Qué he hecho yo para merecer esto? Átame y Volver. Tres trabajos fascinantes pergeñados como chispazos de una sublime inspiración. Lo que pasa es que su filmografía está tan saturada de bodrios que hace que el aficionado medio pierda la perspectiva. No es mi caso, pero La mala educación, Los abrazos rotos y Los amantes pasajeros (en la que lo único que pretendía es que todos, heterosexuales, bisexuales y homosexuales nos comiéramos la po... porque seríamos más felices chupando el chupa-chups con sabor a semen) son truños de una categoría importante. En fin, su caso no es único, hay otros ejemplos en nuestro país y también fuera.
Otra cosa es el Almodóvar persona, que me cae como una bomba de racimo, a mí y a un porcentaje elevadísimo de la población española, aunque veo que no es tu caso. Me explico: Pedroooooooooooooo es un tipo que ha intentado siempre camuflar su homosexualidad como si el espíritu redivivo de Torquemada fuera a hacer con su orondo cuerpo una pira en la plaza mayor de Calzada de Calatrava, en contraposición a la elegante naturalidad que verdaderos genios del 7º Arte como Pasolini, Visconti o Fassbinder han llevado públicamente su orientación sexual; Tuvo la mala baba de lanzar gravísimas acusaciones sobre una formación política (sobre la que no deja de arrojar basura) para después ir como una plañidera a pedir perdón; como está por encima del bien y del mal y se considera un "auteur" decadente, no compareció ante una mesa electoral en la que tenía que actuar como presidente (y van dos delitos graves de los que se libró por la cara); hace gala de una provinciana progresía cuando tiene uno de esos fondos de renta variable que sólo tienen los más ricos y que deberían estar perseguidos por todos los gobiernos; su cultura general, no digo ya cinematográfica, es realmente paupérrima (y si alguien lo duda me propongo voluntario para un duelo en ok corral o donde sea); ni siquiera tuvo la gallardía de reconocer en rueda de prensa que Los abrazos rotos sólo es un plagio de Los ojos sin rostro (1961), la obra maestra de Georges Franju, que podía haber citado como eco referencial.
Podría seguir, pero esto se hace muy largo. Este hombre es como un calcetín, cada vez que abre la boca mete la pata. Fíjate, Leganés, nadie duda de la genialidad de Picasso, pero todas sus mujeres le tildan de machista, misógino, maltratador. Como dice un amigo mío mexicano, somos lo que hay, pero yo seguiré separando el grano de la paja como medida higiénica, democrática e inteligente, eso da jabón a mi incorruptible independencia y mantiene alejado a los demonios del jardín.
Te sigo con interés, un abrazo, seguiré escribiendo, como tú dices, lo que me venga en gana, siempre con la seguridad de que eso es lo que esperan los que siguen mis comentarios. El debate ese nació muerto: no se le puede poner puertas al campo, y el foro es un campo en el que cada cual brinca a su manera.
A Almodóvar le debo tres películas memorables que forman parte del Olimpo de mis inmortales del cine español: Qué he hecho yo para merecer esto? Átame y Volver. Tres trabajos fascinantes pergeñados como chispazos de una sublime inspiración. Lo que pasa es que su filmografía está tan saturada de bodrios que hace que el aficionado medio pierda la perspectiva. No es mi caso, pero La mala educación, Los abrazos rotos y Los amantes pasajeros (en la que lo único que pretendía es que todos, heterosexuales, bisexuales y homosexuales nos comiéramos la po... porque seríamos más felices chupando el chupa-chups con sabor a semen) son truños de una categoría importante. En fin, su caso no es único, hay otros ejemplos en nuestro país y también fuera.
Otra cosa es el Almodóvar persona, que me cae como una bomba de racimo, a mí y a un porcentaje elevadísimo de la población española, aunque veo que no es tu caso. Me explico: Pedroooooooooooooo es un tipo que ha intentado siempre camuflar su homosexualidad como si el espíritu redivivo de Torquemada fuera a hacer con su orondo cuerpo una pira en la plaza mayor de Calzada de Calatrava, en contraposición a la elegante naturalidad que verdaderos genios del 7º Arte como Pasolini, Visconti o Fassbinder han llevado públicamente su orientación sexual; Tuvo la mala baba de lanzar gravísimas acusaciones sobre una formación política (sobre la que no deja de arrojar basura) para después ir como una plañidera a pedir perdón; como está por encima del bien y del mal y se considera un "auteur" decadente, no compareció ante una mesa electoral en la que tenía que actuar como presidente (y van dos delitos graves de los que se libró por la cara); hace gala de una provinciana progresía cuando tiene uno de esos fondos de renta variable que sólo tienen los más ricos y que deberían estar perseguidos por todos los gobiernos; su cultura general, no digo ya cinematográfica, es realmente paupérrima (y si alguien lo duda me propongo voluntario para un duelo en ok corral o donde sea); ni siquiera tuvo la gallardía de reconocer en rueda de prensa que Los abrazos rotos sólo es un plagio de Los ojos sin rostro (1961), la obra maestra de Georges Franju, que podía haber citado como eco referencial.
Podría seguir, pero esto se hace muy largo. Este hombre es como un calcetín, cada vez que abre la boca mete la pata. Fíjate, Leganés, nadie duda de la genialidad de Picasso, pero todas sus mujeres le tildan de machista, misógino, maltratador. Como dice un amigo mío mexicano, somos lo que hay, pero yo seguiré separando el grano de la paja como medida higiénica, democrática e inteligente, eso da jabón a mi incorruptible independencia y mantiene alejado a los demonios del jardín.
Te sigo con interés, un abrazo, seguiré escribiendo, como tú dices, lo que me venga en gana, siempre con la seguridad de que eso es lo que esperan los que siguen mis comentarios. El debate ese nació muerto: no se le puede poner puertas al campo, y el foro es un campo en el que cada cual brinca a su manera.
(POR TU CONTESTACIÓN SOBRE ALMODÓVAR, VEO QUE NO HAS RECIBIDO EL TESTAMENTO QUE CREÍ HABERTE INSERTADO EN EL BLOG QUE DEBE ESTAR ESCHANGAO O QUE NO LO ENTIENDO, ASÍN QUE CON TODA SU LARGURA TRANSCRIBO DE NUEVO AQUÍ LO QUE TRATABA DE ENVIARTE POR ALLÁ EN PRIVAO. DESDE LUEGO YA A DESTIEMPO Y CASI SIN SENTIDO, DADO TU ANTICIPADA CONTESTACIÓN, PERO LO HAGO POR ESO DE SER COHERENTE AUN A COSTA DE SER PESADO PAL PÚBLICO EN GENERAL Y EL DE BUTACA: AUNQUE EL FORO TIENE MUCHAS FANEGAS DE POSÍO PA PODER LLENARLAS CON ESCRITURA).
”Contigo, estoy contigo en la contrastada genialidad artística de Román Polanski, suscribo todos tus renglones, tu pulquérrimo recorrido por secuencias y datos históricas sobre su errabundaje: dacuerdo, lo comparto. ¡Ay!, aquel drama de Sharon Tate (lo recuerdo con nitidez en un cumpleaños de casa, verano/69), muerte-locura-sexo…., términos estos que a veces tú mismo invocas aquí de manera lacónica y lapidaria como si fuera el único saldo disponible en tu existencia, extremo este que mestremece; en fin, en to eso coincidimos. Pero tescribo pa decirte en lo que discrepamos, jejejeje.; aun a sabiendas quel Foro Jabeño -que desde luego es terreno de libertad- asume mejor las intervenciones breves, en mi humilde opinión, eh, por entender que existen otros rincones y alcobas en LA RED más apropiados, de más idoneidad, donde ubicar estos interminables epistolarios, no por su jondura (que la gente lo entiende tó) sino por su largura, nada más que por eso, la verdad. Pero por una vez, esta vez, me apetece mucho -MUY ESPECIALMENTE MAPETECE ESTA VEZ- alargarme un pelín, porque con ello quiero hoy subrayar que todo es compatible en el Foro Jabeño y que en él nada se rehúye.
Pos bien, no alcanzo a comprender por qué escoges, ¿despectivamente?, y alías en un cuarteto a Allen-Kundera-Scorsese-Almodóv ar para denunciar el corporativismo de los cineastas a favor de la libertad de Polanski – un manifiesto firmado por más de cien personalidades de todo el mundo- con el único objeto, a la postre, de recalcar, subrayar y reiterar tu inquina -casi saña- hacia sólo uno de ellos, uno de los pocos directores españoles reconocidos por una infinidad de cronistas como tú en todo el mundo; porque tu artículo trataba sobre la genialidad, la errabundez y, sobre todo, del comportamiento amoral o delictivo del francés, ¿no?. Esa animadversión, tu palmaria hostilidad hacia el manchego, debe abarcar algo más que el campo cinéfilo: “mala calaña, pretty woman cualquiera, grotesco, desnortado”, ¿a qué ton todos estos olímpicos desprecios? ¿Por qué has metido esa “cuña” premeditada pal español, y no pa otro?, Porque si se trataba de hablar de Polanski, ha resultado que casi enfatizas más en los despropósitos del español que en las genialidades del francés, tal es tu aversión. ¿Qué une -según tu criterio- a ese cuarteto? Porque si “La mala educación”, y estoy totalmente de acuerdo con ello, es insufrible, vamos, un pestiño, tu venerado Polanski también fracasó (si no en la taquilla sí en la enjundia intelectual) con perlas como “La muerte y la doncella”, “Piratas” y “El Club Dumas”, ¿o no? Y no creo que los fondos de inversión de Almodóvar diesen para adquirir la mansión del 1050 de Cielo Drive en Hollywood (la genialidad no está reñida con la financiación barata, ¿a quién le amarga un dulce vía subvención para realizar un proyecto?), tema que saco a colación por ir comparando toda la retahíla de desmanes que le endosas. Ni tampoco es la mente de Pedro Almodóvar, Pedro, más “retorcida” que lo fue la de nuestro común venerado Pier Paolo Pasolini, ¿qué coño te pasa a ti con el genial Almodóvar, por qué esa aversiva relación con él?, anda, explícamelo aparte.
Bueno, yo tampoco soy experto en nada de nada: eso de que tus “compatriotas” son, o semos, mayoritariamente antipáticos con lo que Francia representa…., yo, no. Polanski (que, por cierto, no creo que tuviera que nacionalizarse francés cuando juyó de EE. UU. en 1978, puesto que la francesa era su nacionalidad primigenia) escogió ese país en su escapada porque su extradición, como la de cualquier otro ciudadano francés, nunca sería concedida por ser de Ley. Digo esto como contraposición a esa percepción tuya de que la nación francesa -con un Estado mu fuerte por cierto- dé apoyo institucional a actuaciones ilegales de gente “exitosa”: mejor dicho, claro que lo da, pero no más que otras. Y, hasta ahora, nunca leí que se lo dispensara a Jean Genet (vagamente recuerdo su nombre en la MOVIDA del 68 apoyando al activista-filósofo Cohn-Bendit), a quien trajo por la calle de la amargura por su condición de homosexual, por su apoyo a los emigrantes y su alianza con el nacionalismo argelino: Francia lo encarceló por ladrón, por maricón y por apoyo al terrorismo, no tuvo ni una brizna de piedad para con este “ ¿anarquista?”; es verdad, después –creo que fue ya con el gobierno socialista- cuando se le concedió el Premio Nacional de Literatura, ya sé que me dirás que lo hizo Mitterrand, ya, pero ¿qué ilegalidades le tapó Francia?: ninguna; igual que a Oscar Wilde, errabundo como Polanski, cuando juyó de Londres después de cumplir cárcel por líos de pantalones, ¿en qué ayudó Francia a este genial hombre que hubo de morir indigente y con nombre supuesto en París? No lo creo, Pedro, Francia -para que simpatices aún más con ella, jejejeje- creo que no encubrió a estos dos geniales artistas. Amoh, yo no había leído nada al respecto hasta ver tu escrito, es posible que tengas pruebas pa decir lo contrario, y entonces melaenvaino.
Llevas razón, es verdad que los artistas (no sólo en Francia sino en todos los Estados en general), más aún los que añaden a su ingenio el arma de la imagen, como es el caso de los cineastas (Polanski), o el de los escritores de éxito que con sus obras inciden en los comportamientos sociales (Wilde), parecen demandar cierta bula en sus, a veces, estrambóticas – si no delictivas- actuaciones. Ya sabes, ellos -la soberbia del intelectual- siempre esgrimen eso de que el arte es amoral, el arte es el arte, el arte por el arte: Wilde, una incómoda e inmensa masa de inteligencia en la Europa de la segunda mitad del XIX, fue un representante extremo de ese esteticismo llevado hasta sus últimas consecuencias que demandaba una inmunidad, o distinta vara de medir, para con sus actos, licencia que realmente resulta inconcedible, inconcebible y desproporcionada, aunque el “delito” de Wilde (sus amoríos con aquel lord inglés) en nada se asemejara a lo que parece que fue el delito sin ambages cometido por Roman Polanski. Yo también pienso que debería haber sido juzgado y, aluego, pechar con lo que deviniera en fallo judicial.
Sí, nadie duda de que Roman Polanski es uno de los mejores directores de cine de la historia; y por qué, pregunto, hemos de dudar de que Pedro Almodóvar, Pedro, sea uno de los mejores directores de cine de la historia en España, ¿por qué? ¿Por qué, y con qué argumentos, hemos de ir contracorriente de lo que piensa un montón de críticos muy cualificados esparcidos por todo el mundo del cine, ques todo el mundo? Y aluego estamos los de a pie, los que le reconocemos su gran ingenio, que también contamos y semos muchos; yo no entiendo de técnicas cinematográficas, pero me considero capacitado para reconocer y valorar las geniales ocurrencias que vierte en sus guiones y la originalísima y divertida forma de contarlas con imágenes, esto creo que es incontestable: mencanta Pedro Almodóvar, Pedro.
Dejo esto, chascho, ¡por la virgen de Lantigua!, llevo más de una hora conello: voy a comé.
Hasta aquí llego hoy.
(Oye, a los catorce años leíste a Borges –y si lo entendiste- ahora tienes que estar en condiciones de hablarnos de física cuántica, de el basón famoso, de su excitación en el campo de Higgs, jejejeje. Amoh, que te confieso que he necesitao décadas de errabundaje para entender al argentino, sus espejos, sus exámetros, sus invenciones geométricas, sus paradojas matemáticas, sus tuteos con la Teología, todo, ha tenido quesperarme cuarenta años para acercarme a ello y a él: Giovanni Papini, que me ha venido a la memoria por ti, por tu “pericia” -por razones como la que nos ocupa- criticó a Kant en su Kritik der reinen Vernunft con casi esa misma edad, y a mí estas osadías me ponen y me alarman: ya he leído a Borges, lo tengo entero en casa (bueno, me deben mis hijos un tomo, jejeje), y casi en mi cabeza… desde que se le empezaron a borrar las rayas de sus manos: entonces, y no antes, estuve en la edad de comprenderle).
(He creído conveniente escribir por aquí, por la largura: pero tenemos la libertad de hacerlo por donde se nos antoje).
Saludos jabeños,”
Y AHORA SALUDO EN DIRECTO, saludos de nuevo,
”Contigo, estoy contigo en la contrastada genialidad artística de Román Polanski, suscribo todos tus renglones, tu pulquérrimo recorrido por secuencias y datos históricas sobre su errabundaje: dacuerdo, lo comparto. ¡Ay!, aquel drama de Sharon Tate (lo recuerdo con nitidez en un cumpleaños de casa, verano/69), muerte-locura-sexo…., términos estos que a veces tú mismo invocas aquí de manera lacónica y lapidaria como si fuera el único saldo disponible en tu existencia, extremo este que mestremece; en fin, en to eso coincidimos. Pero tescribo pa decirte en lo que discrepamos, jejejeje.; aun a sabiendas quel Foro Jabeño -que desde luego es terreno de libertad- asume mejor las intervenciones breves, en mi humilde opinión, eh, por entender que existen otros rincones y alcobas en LA RED más apropiados, de más idoneidad, donde ubicar estos interminables epistolarios, no por su jondura (que la gente lo entiende tó) sino por su largura, nada más que por eso, la verdad. Pero por una vez, esta vez, me apetece mucho -MUY ESPECIALMENTE MAPETECE ESTA VEZ- alargarme un pelín, porque con ello quiero hoy subrayar que todo es compatible en el Foro Jabeño y que en él nada se rehúye.
Pos bien, no alcanzo a comprender por qué escoges, ¿despectivamente?, y alías en un cuarteto a Allen-Kundera-Scorsese-Almodóv ar para denunciar el corporativismo de los cineastas a favor de la libertad de Polanski – un manifiesto firmado por más de cien personalidades de todo el mundo- con el único objeto, a la postre, de recalcar, subrayar y reiterar tu inquina -casi saña- hacia sólo uno de ellos, uno de los pocos directores españoles reconocidos por una infinidad de cronistas como tú en todo el mundo; porque tu artículo trataba sobre la genialidad, la errabundez y, sobre todo, del comportamiento amoral o delictivo del francés, ¿no?. Esa animadversión, tu palmaria hostilidad hacia el manchego, debe abarcar algo más que el campo cinéfilo: “mala calaña, pretty woman cualquiera, grotesco, desnortado”, ¿a qué ton todos estos olímpicos desprecios? ¿Por qué has metido esa “cuña” premeditada pal español, y no pa otro?, Porque si se trataba de hablar de Polanski, ha resultado que casi enfatizas más en los despropósitos del español que en las genialidades del francés, tal es tu aversión. ¿Qué une -según tu criterio- a ese cuarteto? Porque si “La mala educación”, y estoy totalmente de acuerdo con ello, es insufrible, vamos, un pestiño, tu venerado Polanski también fracasó (si no en la taquilla sí en la enjundia intelectual) con perlas como “La muerte y la doncella”, “Piratas” y “El Club Dumas”, ¿o no? Y no creo que los fondos de inversión de Almodóvar diesen para adquirir la mansión del 1050 de Cielo Drive en Hollywood (la genialidad no está reñida con la financiación barata, ¿a quién le amarga un dulce vía subvención para realizar un proyecto?), tema que saco a colación por ir comparando toda la retahíla de desmanes que le endosas. Ni tampoco es la mente de Pedro Almodóvar, Pedro, más “retorcida” que lo fue la de nuestro común venerado Pier Paolo Pasolini, ¿qué coño te pasa a ti con el genial Almodóvar, por qué esa aversiva relación con él?, anda, explícamelo aparte.
Bueno, yo tampoco soy experto en nada de nada: eso de que tus “compatriotas” son, o semos, mayoritariamente antipáticos con lo que Francia representa…., yo, no. Polanski (que, por cierto, no creo que tuviera que nacionalizarse francés cuando juyó de EE. UU. en 1978, puesto que la francesa era su nacionalidad primigenia) escogió ese país en su escapada porque su extradición, como la de cualquier otro ciudadano francés, nunca sería concedida por ser de Ley. Digo esto como contraposición a esa percepción tuya de que la nación francesa -con un Estado mu fuerte por cierto- dé apoyo institucional a actuaciones ilegales de gente “exitosa”: mejor dicho, claro que lo da, pero no más que otras. Y, hasta ahora, nunca leí que se lo dispensara a Jean Genet (vagamente recuerdo su nombre en la MOVIDA del 68 apoyando al activista-filósofo Cohn-Bendit), a quien trajo por la calle de la amargura por su condición de homosexual, por su apoyo a los emigrantes y su alianza con el nacionalismo argelino: Francia lo encarceló por ladrón, por maricón y por apoyo al terrorismo, no tuvo ni una brizna de piedad para con este “ ¿anarquista?”; es verdad, después –creo que fue ya con el gobierno socialista- cuando se le concedió el Premio Nacional de Literatura, ya sé que me dirás que lo hizo Mitterrand, ya, pero ¿qué ilegalidades le tapó Francia?: ninguna; igual que a Oscar Wilde, errabundo como Polanski, cuando juyó de Londres después de cumplir cárcel por líos de pantalones, ¿en qué ayudó Francia a este genial hombre que hubo de morir indigente y con nombre supuesto en París? No lo creo, Pedro, Francia -para que simpatices aún más con ella, jejejeje- creo que no encubrió a estos dos geniales artistas. Amoh, yo no había leído nada al respecto hasta ver tu escrito, es posible que tengas pruebas pa decir lo contrario, y entonces melaenvaino.
Llevas razón, es verdad que los artistas (no sólo en Francia sino en todos los Estados en general), más aún los que añaden a su ingenio el arma de la imagen, como es el caso de los cineastas (Polanski), o el de los escritores de éxito que con sus obras inciden en los comportamientos sociales (Wilde), parecen demandar cierta bula en sus, a veces, estrambóticas – si no delictivas- actuaciones. Ya sabes, ellos -la soberbia del intelectual- siempre esgrimen eso de que el arte es amoral, el arte es el arte, el arte por el arte: Wilde, una incómoda e inmensa masa de inteligencia en la Europa de la segunda mitad del XIX, fue un representante extremo de ese esteticismo llevado hasta sus últimas consecuencias que demandaba una inmunidad, o distinta vara de medir, para con sus actos, licencia que realmente resulta inconcedible, inconcebible y desproporcionada, aunque el “delito” de Wilde (sus amoríos con aquel lord inglés) en nada se asemejara a lo que parece que fue el delito sin ambages cometido por Roman Polanski. Yo también pienso que debería haber sido juzgado y, aluego, pechar con lo que deviniera en fallo judicial.
Sí, nadie duda de que Roman Polanski es uno de los mejores directores de cine de la historia; y por qué, pregunto, hemos de dudar de que Pedro Almodóvar, Pedro, sea uno de los mejores directores de cine de la historia en España, ¿por qué? ¿Por qué, y con qué argumentos, hemos de ir contracorriente de lo que piensa un montón de críticos muy cualificados esparcidos por todo el mundo del cine, ques todo el mundo? Y aluego estamos los de a pie, los que le reconocemos su gran ingenio, que también contamos y semos muchos; yo no entiendo de técnicas cinematográficas, pero me considero capacitado para reconocer y valorar las geniales ocurrencias que vierte en sus guiones y la originalísima y divertida forma de contarlas con imágenes, esto creo que es incontestable: mencanta Pedro Almodóvar, Pedro.
Dejo esto, chascho, ¡por la virgen de Lantigua!, llevo más de una hora conello: voy a comé.
Hasta aquí llego hoy.
(Oye, a los catorce años leíste a Borges –y si lo entendiste- ahora tienes que estar en condiciones de hablarnos de física cuántica, de el basón famoso, de su excitación en el campo de Higgs, jejejeje. Amoh, que te confieso que he necesitao décadas de errabundaje para entender al argentino, sus espejos, sus exámetros, sus invenciones geométricas, sus paradojas matemáticas, sus tuteos con la Teología, todo, ha tenido quesperarme cuarenta años para acercarme a ello y a él: Giovanni Papini, que me ha venido a la memoria por ti, por tu “pericia” -por razones como la que nos ocupa- criticó a Kant en su Kritik der reinen Vernunft con casi esa misma edad, y a mí estas osadías me ponen y me alarman: ya he leído a Borges, lo tengo entero en casa (bueno, me deben mis hijos un tomo, jejeje), y casi en mi cabeza… desde que se le empezaron a borrar las rayas de sus manos: entonces, y no antes, estuve en la edad de comprenderle).
(He creído conveniente escribir por aquí, por la largura: pero tenemos la libertad de hacerlo por donde se nos antoje).
Saludos jabeños,”
Y AHORA SALUDO EN DIRECTO, saludos de nuevo,