Claro que sí, aquí siempre hay gente de guardia. Bueno, yo hestao unos días como los romanos, pisando Duero y sus tierras de buen vino y joé qué placentero resulta.
La gente simpre está ahí, o aquí, pero -salvo alguna excepción y para bien o para mal- no me preguntes por qué, nunca contesta, comenta, critica o toma posiciones sobre temas creativos que no atañen al jabeñerío, una opción tan aceptable como legítima dentro de la libertad que preside el Foro.
Ya theleío, habrá que ir a ver la penícula, aunque sea el primer tiempo. Y respecto a las tardes domingueras (donde veo que aparecen una vez más tus tres demonios) no dejes que te coma el bajonazo ese, pues es mu generalizado que después de toda exaltación, en lo sensual también, todo se desvanezca: quedando exclusivamente un saldo de hastío en el espíritu y "en la propia carne" que no sé si será algo así como una situación de desgana por la vida que raya en la desilusión y melancolía casi patológicas, pero puedo estar mu confundío. Lo que no sé desentrañar es ese latinajo que parece apostillar desagrado, rechazo o agitación nerviosa: procuremos que la tarde de los domingos no nos pongan irascibles, que no nos instalen en la puerta de la "depre" intermitente. Los domingos..... vayamos, por ejemplo, al cine. Jejejejeje,
Amos a jabeñear, joé, hablemos del beneficio o perjuicio destas últimas aguas en La Serena: en el Duero están que tiemblan, la uva puede pudrirse, sería penoso.
Saludos,
La gente simpre está ahí, o aquí, pero -salvo alguna excepción y para bien o para mal- no me preguntes por qué, nunca contesta, comenta, critica o toma posiciones sobre temas creativos que no atañen al jabeñerío, una opción tan aceptable como legítima dentro de la libertad que preside el Foro.
Ya theleío, habrá que ir a ver la penícula, aunque sea el primer tiempo. Y respecto a las tardes domingueras (donde veo que aparecen una vez más tus tres demonios) no dejes que te coma el bajonazo ese, pues es mu generalizado que después de toda exaltación, en lo sensual también, todo se desvanezca: quedando exclusivamente un saldo de hastío en el espíritu y "en la propia carne" que no sé si será algo así como una situación de desgana por la vida que raya en la desilusión y melancolía casi patológicas, pero puedo estar mu confundío. Lo que no sé desentrañar es ese latinajo que parece apostillar desagrado, rechazo o agitación nerviosa: procuremos que la tarde de los domingos no nos pongan irascibles, que no nos instalen en la puerta de la "depre" intermitente. Los domingos..... vayamos, por ejemplo, al cine. Jejejejeje,
Amos a jabeñear, joé, hablemos del beneficio o perjuicio destas últimas aguas en La Serena: en el Duero están que tiemblan, la uva puede pudrirse, sería penoso.
Saludos,
LAS ESTERQUERAS O ESTERCOLERAS Y EL EQUILIBRIO FATAL
Saludos, Leganés, las aguas por aquí, por la Serena y las Vegas Altas, están siendo más bien escasas, y en verdad hacen falta para la aceituna.
Decidido a jabeñear, recordé el otro día de un episodio del que me estuve riendo cuando se lo estaba narrando a mis hijos: no recuerdo la edad, puede que tuviera ocho o nueve años, tal vez más menos, sucedió en la casa familiar que tenéis aquí en el pueblo. Andaba yo por aquellas fechas con tambores de guerra en la barriga, la culpa, y sólo era mi creencia, la tenía unas puchas con tropezones de pan frito que, de manera alarmante aunque con todo el cariño del mundo, había cocinado mi madre el día antes. Con el rum rum de ese cemento armado en el estómago subí para casa de tu madre como tantas veces; algún recado, a pasar el rato, yo que sé... debía ser una época en que hacía ya buen tiempo porque recuerdo bien que llevaba puestos unos pantaloncitos verdes cortos de espuma, y no es extraño que tuviera la intención de pasarme también por la biblioteca que, como sabes, entonces estaba situada en la planta de arriba del ayuntamiento.
Poco después de saludar a tu madre, el primer retortijón fue controlable, a duras penas el segundo, en el tercero la necesidad de plantar un pinus pinea fue tan apremiante como angustiosa, y allí que me encaramé como gallina en una enramá en lo alto de la estercolera... con tan mala suerte que a punto de finalizar la faena y ganarme los dos rabos del toro (el arriba y el de más abajo) y alguna oreja, las piernas me fallaron y caí al foso de materia orgánica en descomposición, tenías que haberme visto, parecía un San Luis de chocolate. Es de esos momentos en que te apetece ser invisible pero, aunque retaco, se me veía bien. Claro que no hay nada que el jabón Lagarto no aclare rápidamente... salvo mis pantaloncitos verdes de espuma y mi polo con el logo de un delfín, que tuvieron que esperar mejor ocasión. Creo recordar que tu madre me prestó algo de ropa para llegar a casa y que de camino me encontré a Victoriano Reyes que me dijo ¡Que repeinado vas perico! Fue de esos días difíciles de olvidar, aunque son pocas veces las que he sacado a colación este hecho y creo que hasta mis propios familiares lo desconocían o no se acuerdan de ello. Yo, por supuesto sí. Ay, ¡aquellos tiempos de las estercoleras y el equilibrio fatal!
Un abrazo, a jabeñear que el cielo está enjabeñado, ¿quién lo desenjabeñeará?, el desenjabeñeador que lo desenjabeñe, buen desenjabeñeador será.
Ves, Leganés, como tengo humor y soy un tipo entrañable. Joder, si parezco el abuelo Cebolleta.
Saludos, Leganés, las aguas por aquí, por la Serena y las Vegas Altas, están siendo más bien escasas, y en verdad hacen falta para la aceituna.
Decidido a jabeñear, recordé el otro día de un episodio del que me estuve riendo cuando se lo estaba narrando a mis hijos: no recuerdo la edad, puede que tuviera ocho o nueve años, tal vez más menos, sucedió en la casa familiar que tenéis aquí en el pueblo. Andaba yo por aquellas fechas con tambores de guerra en la barriga, la culpa, y sólo era mi creencia, la tenía unas puchas con tropezones de pan frito que, de manera alarmante aunque con todo el cariño del mundo, había cocinado mi madre el día antes. Con el rum rum de ese cemento armado en el estómago subí para casa de tu madre como tantas veces; algún recado, a pasar el rato, yo que sé... debía ser una época en que hacía ya buen tiempo porque recuerdo bien que llevaba puestos unos pantaloncitos verdes cortos de espuma, y no es extraño que tuviera la intención de pasarme también por la biblioteca que, como sabes, entonces estaba situada en la planta de arriba del ayuntamiento.
Poco después de saludar a tu madre, el primer retortijón fue controlable, a duras penas el segundo, en el tercero la necesidad de plantar un pinus pinea fue tan apremiante como angustiosa, y allí que me encaramé como gallina en una enramá en lo alto de la estercolera... con tan mala suerte que a punto de finalizar la faena y ganarme los dos rabos del toro (el arriba y el de más abajo) y alguna oreja, las piernas me fallaron y caí al foso de materia orgánica en descomposición, tenías que haberme visto, parecía un San Luis de chocolate. Es de esos momentos en que te apetece ser invisible pero, aunque retaco, se me veía bien. Claro que no hay nada que el jabón Lagarto no aclare rápidamente... salvo mis pantaloncitos verdes de espuma y mi polo con el logo de un delfín, que tuvieron que esperar mejor ocasión. Creo recordar que tu madre me prestó algo de ropa para llegar a casa y que de camino me encontré a Victoriano Reyes que me dijo ¡Que repeinado vas perico! Fue de esos días difíciles de olvidar, aunque son pocas veces las que he sacado a colación este hecho y creo que hasta mis propios familiares lo desconocían o no se acuerdan de ello. Yo, por supuesto sí. Ay, ¡aquellos tiempos de las estercoleras y el equilibrio fatal!
Un abrazo, a jabeñear que el cielo está enjabeñado, ¿quién lo desenjabeñeará?, el desenjabeñeador que lo desenjabeñe, buen desenjabeñeador será.
Ves, Leganés, como tengo humor y soy un tipo entrañable. Joder, si parezco el abuelo Cebolleta.
Jajajajaja, qué risa: lo único que te faltó fue que te picara una gallina en tu tercer ojo.
Amos a ver, que yo no dudo que seas un tío entrañable, joder, que lo que digo es que -sin denostar otras cualidades que los foreros puedan tener, y de las que el Foro no hace ascos yentiende y comprende- el jabeñerío en este espacio lo que lentretiene, demanda y le divierte es eso: JABEÑEAR; e insisto, cabe escribir de todo y a todos los niveles: datos de actualidad, opiniones respetuosas, creaciones y pensamientos propios, reflexiones, etc., pero mira por donde tú mismo testás divirtiendo evocando ese pasado al que no querías mirar: claro que sí, hombre, ese espejo retrovisor al que otras veces te has referido que te mostraba caspa y no sé qué más, ofrece también todo lo entrañable que tú mismo atesoras: me atrevo a decirte que es mu terapéutico recordarlo, fíjate.
Bueno, volviendo al otoño, a ver si sempapan las tierras jabeñas y se puede iniciar una siembra como dios manda y quengorde la aceituna que hogaño hastao floja.
Saludos,
Amos a ver, que yo no dudo que seas un tío entrañable, joder, que lo que digo es que -sin denostar otras cualidades que los foreros puedan tener, y de las que el Foro no hace ascos yentiende y comprende- el jabeñerío en este espacio lo que lentretiene, demanda y le divierte es eso: JABEÑEAR; e insisto, cabe escribir de todo y a todos los niveles: datos de actualidad, opiniones respetuosas, creaciones y pensamientos propios, reflexiones, etc., pero mira por donde tú mismo testás divirtiendo evocando ese pasado al que no querías mirar: claro que sí, hombre, ese espejo retrovisor al que otras veces te has referido que te mostraba caspa y no sé qué más, ofrece también todo lo entrañable que tú mismo atesoras: me atrevo a decirte que es mu terapéutico recordarlo, fíjate.
Bueno, volviendo al otoño, a ver si sempapan las tierras jabeñas y se puede iniciar una siembra como dios manda y quengorde la aceituna que hogaño hastao floja.
Saludos,