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LA HABA: Hola, Victoria, no nos conocemos personalmente, pero...

Hola a todos:
Me alegra enormemente q pedro haya sacado pofin su vena jabeña. Yo estaba segura q la tenia. Aunq es tremendamente culto, louno no quita lo otro, ya se lo dije laprimera y unica vez q me dirigi a el. Hoy con el tema de los madroños y el alcohol q contiene q en su dia os conte lo del gallo, le he visto mas accesible q nunca. No puedo escribir mas con este chime. Un abrazo para todo el q quiera.

Hola, Victoria, no nos conocemos personalmente, pero si conocí lo suficiente a tu padre, que en paz descanse, y nos teníamos respeto y un gran cariño mutuo. Aunque pasé bastantes años en Barcelona, él se acordaba de mí cuando era chilindrín y acudía a "la escuela de los cagones". Siempre que iba a visitar a mi madre, charlábamos, pues los dos tenían la habitación en la misma planta.

Te contaré algo que no sabes, un día que estaba el hombre con sus achaques y que mi madre recorría el penoso último tramo de su existencia, estuvimos hablando de la senectud, la enfermedad, la irremisible decadencia y la muerte. Recuerdo bien que le dije estas palabras "No me importa, José, la enfermedad, la vejez y la muerte no me preocupan en exceso. Lo que sí me preocupa es no vivir el tiempo suficiente y que ello me impida dejarle a mis hijos un legado moral, es lo único en lo que pienso porque bienes materiales les voy a poder dejar bien pocos. Un testamento moral que refleje la inviolabilidad intelectual de su padre y la manera de manejarse en un mundo que ha perdido ya sus más valiosos referentes".

Estábamos sentados, tu padre me miró y me dijo: todavía eres joven, por eso hablas así, pero es un gran pensamiento". Enseguida le contesté: "Siempre he pensado de la misma manera, ese era uno de mis estímulos si me decidía a formar una familia".

La cosa quedó ahí, pero el siguiente día que nos vimos dijo que había estado pensando en lo que habíamos hablado y se sintió bien. Tuve la impresión de que aquellas palabras resultaron para él liberadoras, balsámicas, y que enfrentaría su destino con la conciencia tranquila y la seguridad de haber hecho bien todos sus deberes.

Tu padre fue un gran hombre, guardo muy buenos recuerdos de él y sentí mucho su pérdida.

Saludos, cuídate, te deseo lo mejor para ti y los tuyos..