buenas madugadas, (yo soy mas búho que golondrina). quería aclarar a pedro, que no me gusta la ciencia-ficción ahora, pero si leíste algo de julio verne en la biblioteca antigua, yo ya me las había ventilado todas y no hacia ascos a ni gun genero leia todo lo que caia en mis manos. después me entusiasmaba estefe kin, y las ley todas con fruicción. dejo de interesarme el genero cuando por desgracia maduré. si, madurar es una desgracia como otra cualquiera, tendrá sus ventajas como la experiencia, pero te cura de la candidez. cuando lees esos cuentos maravillosos en que un príncipe azul te salva de todo (es la primera experiencia de ciencia-ficción que experimentas) luego vienen las novelas románticas en la que encuentras un marido maravilloso y toda tu vida sois felices y coméis perdices, pero se acaban esas etapas y te das de bruces conque la realidad supera con mucho a la ficción, quizás entiendas ahora porque las féminas nos atrae menos el genero, te parece poca saturación?. pero porque los hombres que también tienen sus vicisitudes, no?, el hombre es mas carnal que espiritual y no vive los desengaños con la misma sensibilidad que las mujeres, que siempre han tenido unas perspectivas de vida peor y se vuelven mas practicas y lógicas. de todas formas hoy le comenté a mi hija tu teoría y me contestó - dile a ese señor que está equivocado- porque yo he visto... me emnumero una buena cantidad, de las que no recuerdo ninguna, yo sonreí, por que lo que no dijo es que su chico es un fanático del genero. y porque la vida por suerte, (y pido dios que sea así siempre) no la ha golpeado con la fuerza que a su madre. está en una fase tan bonita que puede seguir creyendo en la ficción y en los milagros. ya estais en la fase REM cuando menos. felices sueños.
Has dado en el clavo, Victoria, yo lo tengo eso escrito en múltiples ocasiones, de hecho estoy por buscarte la última vez que lo escribí, que fue hace poco. Pero ya comenté en alguna ocasión que fui educado y criado por mujeres, conozco bien eso que cuentas, y en aquella ocasión también afirmé -aunque hubo a quien le pareció una chirigota- que "a la mujeres se lo debo todo, ellas son las culpables de que yo tenga un concepto muy amplio de la libertad y una sensibilidad absolutamente permeable". En mi formación sentimental no ha habido hombres importantes que influyeran de manera decisiva.
Sí, leí toda la obra completa de Verne en mi juventud, le amé aún más cuando Bertolucci focalizó ese drama tan corrosivo como libertario titulado "El último tango en París" en un inmueble cualquiera de la rue Jules Verne. Pronto me toca otra vez llorar con el afligido y magistral monólogo de Brando ante el cadáver suicida de su mujer. Es un ejercicio muy sano que practico todos los años, preferentemente en otoño, si ves de nuevo esta película y te detienes en esa magistral secuencia, que también puedes ver completa en el buscador de mi blog por "la secuencia que más me ha hecho llorar en el cine", te darás cuenta de ello. Hice la prueba con mi hijo de 16 años delante de mi mujer y, como siempre resultó infalible: comenzó a llorar como un hombre... sensible.
Te deseo lo mejor, a ti y los tuyos, y es un encanto tener la oportunidad de comunicarme con mis paisanos a través de este medio, equivocadamente mis aportaciones les pueden resultar a algunos arrogantes, no me importa, lo doy por amortizado si también resultan entretenidas, controvertidas, interesantes.
Saludos, mientras observo como la brisa del otoño balancea la hoja seca de arce.
Sí, leí toda la obra completa de Verne en mi juventud, le amé aún más cuando Bertolucci focalizó ese drama tan corrosivo como libertario titulado "El último tango en París" en un inmueble cualquiera de la rue Jules Verne. Pronto me toca otra vez llorar con el afligido y magistral monólogo de Brando ante el cadáver suicida de su mujer. Es un ejercicio muy sano que practico todos los años, preferentemente en otoño, si ves de nuevo esta película y te detienes en esa magistral secuencia, que también puedes ver completa en el buscador de mi blog por "la secuencia que más me ha hecho llorar en el cine", te darás cuenta de ello. Hice la prueba con mi hijo de 16 años delante de mi mujer y, como siempre resultó infalible: comenzó a llorar como un hombre... sensible.
Te deseo lo mejor, a ti y los tuyos, y es un encanto tener la oportunidad de comunicarme con mis paisanos a través de este medio, equivocadamente mis aportaciones les pueden resultar a algunos arrogantes, no me importa, lo doy por amortizado si también resultan entretenidas, controvertidas, interesantes.
Saludos, mientras observo como la brisa del otoño balancea la hoja seca de arce.