Leyendo lo escrito por Victoria recuerdo con cariño la biblioteca antigua de nuestro pueblo, para mí fue decisiva en mi afición a la lectura, en unos tiempos en que los libros no eran tan asequibles como ahora, eran mi ventana al mundo. Me traía, los recuerdo perfectamente, hasta los tomos de una enciclopedia color granate que estaban en la parte alta de una estantería lateral.
Isidro, el bibliotecario, era un hombre bastante serio, si íba y estaba en el Ayuntamiento, me dejaba la llave, subía esas escaleras de vértigo y curioseaba por allí hasta encontrar lo que quería, no recuerdo en aquellos tiempos placer mayor que meterme en la cama con un libro que me gustase, estaba hasta las tantas, bueno, hasta que alguno de mis padres abría el ojo y se daban cuenta de que aún tenía yo la luz de mi habitación encendida y me obligaban a apagarla, tiempos felices aquellos.
Isidro, el bibliotecario, era un hombre bastante serio, si íba y estaba en el Ayuntamiento, me dejaba la llave, subía esas escaleras de vértigo y curioseaba por allí hasta encontrar lo que quería, no recuerdo en aquellos tiempos placer mayor que meterme en la cama con un libro que me gustase, estaba hasta las tantas, bueno, hasta que alguno de mis padres abría el ojo y se daban cuenta de que aún tenía yo la luz de mi habitación encendida y me obligaban a apagarla, tiempos felices aquellos.
Somos muchos, Ascen, los que compartimos esas vivencias y recuerdos, la lectura siempre ha sido, es y será el medio más barato que los pobres tienen al alcance para viajar a los lugares más exóticos y remotos.
Cuando pudimos contar con algo de liquidez nos construimos nuestra propia biblioteca, que no es un mueble o un adorno más pues ya sabes que en la lectura hay que ser muy selectivo ya que los libros cuestan dinero. Pero siempre volvemos a ella, y ahora, con el largo invierno por delante, me apetece leer de nuevo toda la obra del gran J. M. Coetzee, de Rafael Chirbes, de Antony Beevor, de Emmanuel Carrére y ese libro único de viajes titulado "Los anillos de Saturno", del trágicamente desaparecido profesor alemán W. G. Sebald, un viaje por el condado de Suffolk, en la costa inglesa, a través del cual rememora un pasado que nos enseña la totalidad del mundo.
Saludos, un placer comunicarme contigo, porque aunque no sé quién eres ni sé si me conoces, siento que detrás de cada remembranza -bonita palabra, Leganés- hay un rostro, un latido, un alma.
Cuando pudimos contar con algo de liquidez nos construimos nuestra propia biblioteca, que no es un mueble o un adorno más pues ya sabes que en la lectura hay que ser muy selectivo ya que los libros cuestan dinero. Pero siempre volvemos a ella, y ahora, con el largo invierno por delante, me apetece leer de nuevo toda la obra del gran J. M. Coetzee, de Rafael Chirbes, de Antony Beevor, de Emmanuel Carrére y ese libro único de viajes titulado "Los anillos de Saturno", del trágicamente desaparecido profesor alemán W. G. Sebald, un viaje por el condado de Suffolk, en la costa inglesa, a través del cual rememora un pasado que nos enseña la totalidad del mundo.
Saludos, un placer comunicarme contigo, porque aunque no sé quién eres ni sé si me conoces, siento que detrás de cada remembranza -bonita palabra, Leganés- hay un rostro, un latido, un alma.
Sí señor, bonita palabra, melapunto. No es otra cosa (en sustancia) este Foro que una remembranza, y pocas palabras lo definirían mejor quesa, mira por donde: "traer a la memoria jabeños y jabeñeos del pasado". Ves, hombre, aquí aprendemos cosas y el personal sentretiene. Muchas gracias,
(A ver si sanima más gente, por dios bendito y por la virgen de Lantigua, que aquí cabemos todos)
Saludos al jabeñerío,
Saludos a to el jabeñerío,
(A ver si sanima más gente, por dios bendito y por la virgen de Lantigua, que aquí cabemos todos)
Saludos al jabeñerío,
Saludos a to el jabeñerío,
Pero, si nadie dice lo contrario, Leganés. Te aseguro que si yo pensara que mis aportaciones resultan inanes ni me molestaría en aparecer por aquí, me gusta echar un ratito con todos los amigos foreros a pesar de que tengo algunos encargos pendientes. Y claro que que leo detenidamente todo aquello que nos cuentan, y saco sustancias y aromas y esencias y la extraordinaria sensación de una identidad compartida. Dejo de lado las tareas en las que estoy enfrascado y aparco aquí, para ver cómo está el patio, las terrazas, la Gran Vía y las Ramblas.
Lo único que he pretendido siempre es que se pueda entender que aun en el rincón más perdido del mundo hay que poner notas de universalidad. No me gustan las comunidades cerradas, y como decía Kurt Cobain "la gente normal me asusta". Viendo a José Bretón y a los padres detenidos por el asesinato de esa niña china, no me queda más remedio que reconocer que aquel tipo era un genio no sólo en su música. Sé bien a lo que se refería. Es por esto que siempre intento abrir otra vía, con la seguridad de que esa opción también puede resultar sugerente para un foro que no es otra cosa que un vertedero de vivencias, recuerdos y emociones. Pero que estoy seguro de que también se muestra ávido de otras sensaciones y alguna que otra transgresión.
Saludos, y aunque la plenitud del colchón viscoelástico me espera para recibir la derrota de cada lunes, no creas que no recuerdo que, cuando todavía era un niño que se comía los mocos, me asaltaba la misma sensación placentera en aquellos colchones de lana que envolvían cálidamente mis ateridos pies en los largos inviernos de carámbanos y escarcha.
Si te sirve, te diré que uno de mis temas favoritos de "El último de la Fila" es aquella perteneciente a la canción "Dios de la Lluvia", un poema de un sentimentalismo y una nostalgia abrasiva que dice así (Copio y pego):
Dios de la lluvia apiádate de las bestias y de mí.
Vino tu llanto a redimir un mundo polvoriento y gris
hecho a medida del triste reptil.
Seguí la luz y te perdí, desde ese día rezaré
para que vuelvas envuelto en tu bruma.
Dejé a mi niña, dulce abril,
entre aire de fresas y jazmín;
se desdibuja en mi memoria
la umbría vereda que tantas veces recorrí.
Antiguos aromas flotando en el aire,
espíritu de la bruma, no volverán.
Ríe mi niña flotando en el suelo;
Dios de la lluvia, devuélveme al ayer.
Maldito el día en que crecí
dejando atrás el sueño aquel
del dulce mundo en que aprendí
el difícil arte de vivir.
Entre los campos verdes de abril,
lejos del mundo, muy cerca de ti.
Dios de la lluvia abrázame
y bajo tus nubes volveré a considerar
las múltiples formas de besar
el aire bañado en tu perfume singular
de antiguos aromas flotando en el aire
espíritu de la bruma, no volverán.
Ríe mi niña flotando entre helechos
Dios de la lluvia devuélveme al ayer
Dios de la lluvia apiádate
de las bestias y de mí, pobre mortal
Te das cuenta, Leganés, entretenimiento, ya creo ver a los amigos del foro tratando de entonar este maravilloso tema para el recuerdo.
Lo único que he pretendido siempre es que se pueda entender que aun en el rincón más perdido del mundo hay que poner notas de universalidad. No me gustan las comunidades cerradas, y como decía Kurt Cobain "la gente normal me asusta". Viendo a José Bretón y a los padres detenidos por el asesinato de esa niña china, no me queda más remedio que reconocer que aquel tipo era un genio no sólo en su música. Sé bien a lo que se refería. Es por esto que siempre intento abrir otra vía, con la seguridad de que esa opción también puede resultar sugerente para un foro que no es otra cosa que un vertedero de vivencias, recuerdos y emociones. Pero que estoy seguro de que también se muestra ávido de otras sensaciones y alguna que otra transgresión.
Saludos, y aunque la plenitud del colchón viscoelástico me espera para recibir la derrota de cada lunes, no creas que no recuerdo que, cuando todavía era un niño que se comía los mocos, me asaltaba la misma sensación placentera en aquellos colchones de lana que envolvían cálidamente mis ateridos pies en los largos inviernos de carámbanos y escarcha.
Si te sirve, te diré que uno de mis temas favoritos de "El último de la Fila" es aquella perteneciente a la canción "Dios de la Lluvia", un poema de un sentimentalismo y una nostalgia abrasiva que dice así (Copio y pego):
Dios de la lluvia apiádate de las bestias y de mí.
Vino tu llanto a redimir un mundo polvoriento y gris
hecho a medida del triste reptil.
Seguí la luz y te perdí, desde ese día rezaré
para que vuelvas envuelto en tu bruma.
Dejé a mi niña, dulce abril,
entre aire de fresas y jazmín;
se desdibuja en mi memoria
la umbría vereda que tantas veces recorrí.
Antiguos aromas flotando en el aire,
espíritu de la bruma, no volverán.
Ríe mi niña flotando en el suelo;
Dios de la lluvia, devuélveme al ayer.
Maldito el día en que crecí
dejando atrás el sueño aquel
del dulce mundo en que aprendí
el difícil arte de vivir.
Entre los campos verdes de abril,
lejos del mundo, muy cerca de ti.
Dios de la lluvia abrázame
y bajo tus nubes volveré a considerar
las múltiples formas de besar
el aire bañado en tu perfume singular
de antiguos aromas flotando en el aire
espíritu de la bruma, no volverán.
Ríe mi niña flotando entre helechos
Dios de la lluvia devuélveme al ayer
Dios de la lluvia apiádate
de las bestias y de mí, pobre mortal
Te das cuenta, Leganés, entretenimiento, ya creo ver a los amigos del foro tratando de entonar este maravilloso tema para el recuerdo.