LA HABA: Bueno, en lo del teatro no vamos a converger por lo...

Mientras me tomo el desayuno, me apetece charlar un ratito. De cine, Leganés, entiende todo el mundo, es muy simple: si una película te ha entretenido, divertido o te ha resultado interesante, es que te ha gustado; por el contrario, si te ha aburrido, es que no te ha gustado. Son los parámetros en los que yo me muevo. No tiene ningún secreto. Otra cosa es saber apreciar un travelling, un plano secuencia, un plano americano, un contrapicado, etc. Pero eso se queda sólo para los verdaderos estudiosos del tema, como yo.

Claro, me gusta mucho la literatura, los cómics, la poesía, la música, y el diseño, la fotografía, la arquitectura, la moda. Sin embargo, no me gusta el teatro (que siempre lo he considerado como un cine para pobres), no me gusta, y esto lo he explicado muchas veces, porque no me creo nada de lo que sucede en el escenario, todo me resulta impostado, sobreactuado y falso. No soy capaz de captar los detalles, los gestos, las miradas y sobre todo, me molestan los movimientos amanerados, robóticos, las voces histriónicas, los falsetes, y los decorados estáticos y sin profundidad de campo. Nada en esa expresión artística me ha resultado nunca creíble a pesar de que muchos actores y actrices a los que adoro surgieron comenzaron en la escena teatral.

Sólo existe una expresión que me resulte más sublime que el cine: la poesía. Sólo hay un creador que respete más que a un director de cine: el poeta. Te lo dice un fanático de la música que además tiene cabreada a su mujer nadando en libros por toda la casa. Mis hijos, tan a gusto, con tantas películas, libros, cómics, discos y vídeojuegos por todas partes.

Ese gran gourmet que era Bigas Luna retrató Barcelona como nadie nunca lo había hecho antes y como nadie nunca lo hará jamás, te dejo con unas pinceladas de lo que escribí para la crítica de "BILBAO", la obra maestra que Bigas Luna rodó en 1978 y que tuve la ocasión de ver cómo se filmaba una secuencia en el metro de Barcelona:

BILBAO es un relato psicoerótico con elementos del thriller y del terror, que además de contener una perfecta descripción de atmósferas y de personajes -amplificados por unos selectivos planos de detalles-, es también una magistral representación de escenarios, acentuados por la brillante fotografía de Pedro Aznar, retratando con autenticidad los emblemas ligados al paisaje urbano: el metro, el barrio chino, los mercados, la noche y las tripas de esa Barcelona putera y voraz que consume todos los sentimientos, toda la pasión, toda la soledad, entre el mar y la tierra.

Un abrazo, si algún día os apetece, vuelco la crítica completa, la verdad es que no tengo duda de que es la película española que más me ha influido, el recuerdo de un tiempo, un lugar, una historia, una atmósfera.

Bueno, en lo del teatro no vamos a converger por lo que veo en casi nada; por cierto, se está representando en Madrid una compleja obra que codirige un descendiente jabeño, voy a verla el próximo día 22 y me voy a atrever a criticarla (a evaluarla): hablaremos de teatro.

Pero yo lo que quiero es jabeñear, joé. Averavé cómo le salen los callos a "RRLG", questoy en ascuas; y por parte de "ascen" a ver si sacuerda de cómo hacer el caldo molinero questas cosas si no se remembran (ahí es na) se nos mueren en los brazos: La Jaba no es sólo sus casas, sus rincones y sus gentes, sino las costumbres y los recuerdos que los jabeños mantienen en su memoria. Asín que a escribir, que aluego viene ese señor alemán con la goma de borrá y sansacabó.

Me voy a consagrá,