En un artículo mío (perdonen la autocita) titulado “Arte, violencia y el fantasma de la libertad”, un miniensayo que se puede leer completo en mi blog pero que es imposible que por su extensión se pueda publicar en este foro, entre otras cosas escribo: El artista es un ser libre para diseñar ficciones y el cine, como forma de lenguaje colectivo, revolucionario y tremendamente sugestivo, es tal vez el vehículo que mejor nos acerca a la cruda realidad en su dimensión más aterradora. Esa idea, debería ser aceptada como cemento para la reflexión en cualquier foro de debate, citando al filósofo alemán Immanuel Kant “El arte puede mostrar cualquier asunto y promover cualquier sentimiento, siempre independientemente de su moralidad y el horror que pueda despertar”.
Tengo una opinión muy pesimista sobre la evolución del pensamiento y el espíritu de la naturaleza humana, incapaces de desprendernos de esa infame vena inquisidora, colaboramos en la siniestra tarea de erosionar el anhelo precioso y profundo de una sociedad más libre. Precisamente Erich Fromm, en su ensayo “El miedo a la libertad”, acusaba a las políticas represoras y a la estandarización del individuo en las sociedades industriales como causas principales del estrangulamiento de la libertad, analizando como el hombre moderno la rehúye y sacrifica su vida en virtud de poderes exteriores y superiores. Ese martirio crea en mi desasosiego, verdadera perturbación al observar al hombre inteligente esclavo de otros esclavos. El problema de esta crisis no es sólo económico, de igual manera me preocupa la erosión del pensamiento libre que ha calado los huesos de una sociedad miedosa capaz de sacrificarlo todo por un lugar en el sol.
Tengo una opinión muy pesimista sobre la evolución del pensamiento y el espíritu de la naturaleza humana, incapaces de desprendernos de esa infame vena inquisidora, colaboramos en la siniestra tarea de erosionar el anhelo precioso y profundo de una sociedad más libre. Precisamente Erich Fromm, en su ensayo “El miedo a la libertad”, acusaba a las políticas represoras y a la estandarización del individuo en las sociedades industriales como causas principales del estrangulamiento de la libertad, analizando como el hombre moderno la rehúye y sacrifica su vida en virtud de poderes exteriores y superiores. Ese martirio crea en mi desasosiego, verdadera perturbación al observar al hombre inteligente esclavo de otros esclavos. El problema de esta crisis no es sólo económico, de igual manera me preocupa la erosión del pensamiento libre que ha calado los huesos de una sociedad miedosa capaz de sacrificarlo todo por un lugar en el sol.