LA HABA: Y perdona, Paco, que no thedicho lo más importante,...

Chascho, chascho, Leganés!, que pareces" mú docto" en materia de suicidio, ¿no tabrá rondao ná pahí?, jajaja, es broma, pero si me ha gustado bastante tu respuesta y el montón de ejemplos con que la ilustrastes. Pero es que vosotros, los insonnes, los hijos de la noche jugais con ventaja, coñoooo! podeis disfrutar del silencio que acompaña el momento, cuando el mundo se retira a soñar dormido vosotros soñais despiertos y pareciese que la mente se agudiza, las palabras adecuadas brotan solas del pensamiento y si corremos el visillo de la ventana que dá a la noche oscura, la vista de los coches dormidos, quietos, la ausencia de vida y el alumbrado de la calle desierta nos dá esa tranquilidad de espiritu y esa lucidez de pensamiernto con la que nos deleitais en vuestras reflexiones.
Durante el día encontrar ese ambiente sereno es mas complicado, ruidos, luz, vida en efervescencia y que ta, la otra vida que late escondida en la oscuridad de nuestro interior. Claro que por contra, estoy seguro que las personas como tú sufris bastante, la cabeza en constante ebullición, el pensamiento en vuelo contínuo y la mirada en perpetua observación debe ser una sensación de padecimiento constante.
No sé como me ha salido este rollazo, pero en fín, ha surgido y ahí os dejo mi reflexión momentánea, saludos jabeños y duerme Leganés, duerme.

Jejeje, qué jodío. Empezando por tu final, de rollazo, nada: menúos ratos podíamos echar ahí en La Jaba a costa destas reflexiones. El insomnio, Paco, lo tengo definido como un anticipo a cuenta de la eternidad que no quiero, mexplico: en la medida en que no duermo, más vivo en vigila y por tanto es un plus de vida añadido que disfruto pa jodienda de los dormilones. “ ¡Que den por culo a los señoritos, Antonio, que se tienen que levantar a las once!”, me decía mi probe padre phacerme madrugar, jejeje.

Qué va, qué va: el recurso del suicidio, del que no sé na porque no tengo experiencia, jejeje, efectivamente, lo considero un asidero al que agarrarse en libertad cuando el mundo se desintegra a tu alrededor: ahí está pal que lo quiera libremente. Pero…, ni de coña anida en esta mente mía que quiere prolongar en el tiempo, en el espacio y en la velocidad todo lo que mis razonamiento den de sí por mis ansias de vivir. Aluego está el ánimo de uno, y yo, Paco, tengo mu buen apetito, no hago asco a otros placeres, tengo tiempo libre y buenos amigos, los enemigos quhetenío son inteligentes, ¿qué cielo, querido amigo, me va a aportar más réditos queste?, yo no quiero morirme, ¡por dios bendito y la virgen de Lantigua! YO QUIERO VIVIR INTENSAMENTE AQUÍ, y lo único que me hace penar –porque asín esto no es completo, ni mucho menos- es que to el mundo no tenga un trabajo, un salario digno y algún billetillo pa gastar: sufro mucho con esto, lo tengo muy cercano, lo sufro, lo siento, pero despicharla…. aquí no hay na que hablar, lo que hay que hacer es arreglarlo, colaboro en lo que puedo. Y de salud no hablo porque es mu aburrío: que cada perro se lama su cipote, yo tengo mis clacas y yo me las guiso yo me las como.

Le decía yo a Yole, aquí mismito, antes quel hombre dejara de intervenir (creo que mestá oyendo, jejeje, y se va a animar), que si el tiempo es oro, yo soy mu rico: porque ya, Paco, sólo hago lo que me gusta; y estas son mis prioridades: amigos (que incluye familia), lectura, movimiento campero pal cuerpo, gastronomía (incluye vino), ocio cultural, un poquito (mu poco) de trabajo y escritura de noche: ¿quién va a dcir que no a esto, joé? Y tampoco estoy dispuesto a pedir perdón por vivir así, después de 46 años de intensísimo trabajo: ya vendrá la guadaña, cuando deba venir, pero mientras tanto, erre que erre.

En efecto, el silencio -si es nocturno- agudiza el poco ingenio que uno tiene: desde esa quietud te mando un fuerte abrazo,

Y perdona, Paco, que no thedicho lo más importante, ¡menos mal quescribes de día!, cuando te concentres de noche voy a invertir mi reloj vital: escribiré de día pa leerte de noche; quenesto de leer no es estar de acuerdo, jabeños, sino en deleitarse con los razonamientos incluidos los opuestos a los de uno, claro.

Chao,