JEJEJE, los que vivíamos en el altozano lo teníamos más difícil, porque pa "recunearnos" y sentir esa sensación nueva de desplazarte sin andar, o sin pedalear, teníamos que agarrarnos a las escaleras traseras de la estellesa, de la empresa Sánchez, (donde iban de revisores Joaquín "el del pelo blanco" y Arcadio "el de las malas pulgas", ambos con un lápiz en la oreja). Decía que el tema era difícil porque el cuartel de los civiles estaba allí mismo y cuando estaba de puerta un tal Barrero -que a mí me tenía mucha manía- tenía que tener mucho cuidao. Asín y to un día fui agarrao a la escalera hasta la puerta falsa de la entrañable "Periquina": ¡Menúa liebre cogí!
Mu buenas noches a to el jabeñerío,
Mu buenas noches a to el jabeñerío,