Buenas noches a to el jabeñerío.
Dice bien “fanegas”, estas obras en el camino -de no ser que sean como las máquinas de la Junta que parece que las ceden cuando toca- estas obras, si la partida presupuestaria que las financia corresponde a recursos (VI) del propio ayuntamiento, deberían ejecutarse cuando presumiblemente llueva menos: pero quizá haya algún tipo de explicación racional para hacerlas en el período que recoge el pliego; aunque hormigonar, o echar aglomerao, en invierno siempre trae estas consecuencias.
Sigo pasmao con el “Tema Molino”. Es verdad que el Alcalde, contundentemente, ha dicho lo que la Corporación va a hacer: pero convendría preguntarse, no obstante, qué es lo que la Corporación no ha hecho; vamos a ver cómo termina la molienda.
Me ha quedado pensante, por no decir clisaíto, la lección de normativa sobre cordeles que nos ha dao “A tresbolillo” relativa a las medidas legales y to esas mil y quinientas; él parece que se ha quedado satisfecho con la contestación del Alcalde, pero uno –que cree más en la propiedad pública que en la privada- se queda con una inmensa duda; porque si el Ayuntamiento ha ocupado 612 m/2 de tierra pública del tan reiterado cordel, previa petición a la Junta, y si “ese cordel es un cordel de Sevilla o Mengabril a La Haba cuya anchura es de 37,61cm y llega a La Haba por ese punto proveniente de la finca el Quintillo propiedad de don Miguel Granda”, según “A tresbolillo”, ¿aónde coño esta, pabellón aparte, esa peazo de anchura legal a lo largo de to el cordel? ¿Se la ha cedido la junta también a los particulares colindantes? ¿O es que se estrecha el cordel?
Averavé si avanzamos enesto sasuntos del gobierno de la polis,
Dice bien “fanegas”, estas obras en el camino -de no ser que sean como las máquinas de la Junta que parece que las ceden cuando toca- estas obras, si la partida presupuestaria que las financia corresponde a recursos (VI) del propio ayuntamiento, deberían ejecutarse cuando presumiblemente llueva menos: pero quizá haya algún tipo de explicación racional para hacerlas en el período que recoge el pliego; aunque hormigonar, o echar aglomerao, en invierno siempre trae estas consecuencias.
Sigo pasmao con el “Tema Molino”. Es verdad que el Alcalde, contundentemente, ha dicho lo que la Corporación va a hacer: pero convendría preguntarse, no obstante, qué es lo que la Corporación no ha hecho; vamos a ver cómo termina la molienda.
Me ha quedado pensante, por no decir clisaíto, la lección de normativa sobre cordeles que nos ha dao “A tresbolillo” relativa a las medidas legales y to esas mil y quinientas; él parece que se ha quedado satisfecho con la contestación del Alcalde, pero uno –que cree más en la propiedad pública que en la privada- se queda con una inmensa duda; porque si el Ayuntamiento ha ocupado 612 m/2 de tierra pública del tan reiterado cordel, previa petición a la Junta, y si “ese cordel es un cordel de Sevilla o Mengabril a La Haba cuya anchura es de 37,61cm y llega a La Haba por ese punto proveniente de la finca el Quintillo propiedad de don Miguel Granda”, según “A tresbolillo”, ¿aónde coño esta, pabellón aparte, esa peazo de anchura legal a lo largo de to el cordel? ¿Se la ha cedido la junta también a los particulares colindantes? ¿O es que se estrecha el cordel?
Averavé si avanzamos enesto sasuntos del gobierno de la polis,
Querido Leganes; ¿Cómo estáis?. Recuerdo a Cirilo, hijo de tio Boquiqui, estaba
trabajando de pastor con Antonio Fernández (Antonio el de Nicolas). Su método de pastoreo era coger el rebaño y alimentarlo cordel barrial arriba, cordel abajo.
Pocas broncas tenía con los labradores y si las tenía; sacaba la mesta de su morrala y ponía las cosas en su sitio. El camino barrial es un cordel con las medidas que comenta A tresbolillo. Desde que yo recuerdo hay tramos que dependiendo de los linderos apenas caben los vehículos.
Mi opinión sin acritud.
abrazos para todos.
tomás
trabajando de pastor con Antonio Fernández (Antonio el de Nicolas). Su método de pastoreo era coger el rebaño y alimentarlo cordel barrial arriba, cordel abajo.
Pocas broncas tenía con los labradores y si las tenía; sacaba la mesta de su morrala y ponía las cosas en su sitio. El camino barrial es un cordel con las medidas que comenta A tresbolillo. Desde que yo recuerdo hay tramos que dependiendo de los linderos apenas caben los vehículos.
Mi opinión sin acritud.
abrazos para todos.
tomás
¡Hola, querido!, estamos muy bien y espero que este 2014 te colme de sosiego, que tu familia te lo agradecerá toda.
Jejeje, me has traído a la memoria al entrañable "Cirilo" con el que tuve un altercado en el "Canario", y mira que el hombre era todo bondad…., pero cosas del vino (ahora me produce nostalgia contarlo) le dio cierto día por llamarme "maricón" una, otra y muchas veces más. Todo a cuenta de mi melena y mi vestimenta; y dale que te pego: jurraco, sarasa, amariconao… y to esas mil y quinientas que entonces nos tomábamos, por homófobos, peor que si nos llamaran “pringuezorra”. Total que le di un empujón, y con tan mala suerte que, perdiendo su equilibrio, fue a dar con su cabeza en uno de los muchos royos que configuraban el pedregal que entonces era el corral- bar de Pascasio.
Bueno, bueno: se le abrió una brecha en la frente de la que manaba tanta sangre que alertó a media plaza y a Celestino “el Jefe” quien, no se me olvidará nunca, me dijo: “Tontería vamoh a tené con el rempujón”. Bah, no pasó nada, pero quiero recordar este hecho como la única cosa de “violencia” física que ha salido de mí en toda mi vida sin más ánimo que decirle al bueno de Cirilo: “Anda, échate pallá y cállate”, y así se calló y se cayó. Desde aquí le pido que me perdone, q. e. p. d. Fueron testigos cercanos Pascasio y Alonsito Javier, a los que aprovecho para sauldar.
Un abrazo, tío.
Jejeje, me has traído a la memoria al entrañable "Cirilo" con el que tuve un altercado en el "Canario", y mira que el hombre era todo bondad…., pero cosas del vino (ahora me produce nostalgia contarlo) le dio cierto día por llamarme "maricón" una, otra y muchas veces más. Todo a cuenta de mi melena y mi vestimenta; y dale que te pego: jurraco, sarasa, amariconao… y to esas mil y quinientas que entonces nos tomábamos, por homófobos, peor que si nos llamaran “pringuezorra”. Total que le di un empujón, y con tan mala suerte que, perdiendo su equilibrio, fue a dar con su cabeza en uno de los muchos royos que configuraban el pedregal que entonces era el corral- bar de Pascasio.
Bueno, bueno: se le abrió una brecha en la frente de la que manaba tanta sangre que alertó a media plaza y a Celestino “el Jefe” quien, no se me olvidará nunca, me dijo: “Tontería vamoh a tené con el rempujón”. Bah, no pasó nada, pero quiero recordar este hecho como la única cosa de “violencia” física que ha salido de mí en toda mi vida sin más ánimo que decirle al bueno de Cirilo: “Anda, échate pallá y cállate”, y así se calló y se cayó. Desde aquí le pido que me perdone, q. e. p. d. Fueron testigos cercanos Pascasio y Alonsito Javier, a los que aprovecho para sauldar.
Un abrazo, tío.