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LA HABA: Estimado Pedro Rodríguez, de la contestacion hecha...

Ya Leganés, si yo lo que pretendo -a veces- es contribuir al debate y la agitación intelectual. Podría decir: "yo sólo quiero amar y ver la luz del día al despertar, yo sólo quiero claridad", o "que bonita es mi perrita conejera que se mete en todas las madrigueras". Pero entiendo que esas cosas, tan respetables como bucólicas, ya se repiten mucho en el foro, por lo que procuro tocar alguna nota discordante y reflexionar sobre creencias y mitos que aunque parecen construidos con cemento armado son solamente polvo de hadas.

Ni mucho menos me refiero a ti cuando hablo de la dictadura económica o el dinero, yo sé que tu carácter bohemio y nómada no va con ese tipo de presunciones. Pretendía, al hilo de la reivindicación republicana, puntualizar lo que parece obvio en el devenir de una sociedad carente referentes ideológicos porque ni cree en ellos ni los necesita.

Lo que quería subrayar es que los políticos no están en política para prestar un servicio honorable a la sociedad, que sólo están ahí para medrar; por el dinero y el poder, y que eso no lo va resolver ni la república ni la monarquía. Que la pulsión de la calle, y yo tengo contacto diario con mucha gente, es que los barnices ideológicos no tienen ya, si es que alguna vez lo tuvieron, ningún valor ni sentido. Que los mitos de las izquierdas y la derechas están fraguados en ríos sangre que sólo han servido para saciar la sed de una legión de vampiros, y que para que uno se engañe con una u otra ideología sólo es necesario que las circunstancias le sean adversas o favorables. Esas ensoñaciones están todas cubiertas por una espesa capa de hollín, la política es el arte de la mentira, ya no creo en nadie, me provocan tanta repugnancia unos como otros, su juego es de trileros, y mi gran tristeza es comprobar como el espejismo de la libertad se reduce hoy a un salario de mierda por el que pueden comprar tu voluntad o empujarte al suicidio.

Un abrazo, me gusta tu nomadismo, los americanos tienen un lema: "Si no eres feliz aquí, lo serás en otra parte".

Estimado Pedro Rodríguez, de la contestacion hecha a mi buen amigo Leganés, con tristeza tengo que decir que la comparto. En la sociedad que padecemos lo que se ha sembrado por la casta política y los resultados obtenidos son para muchos españoles, la incredulidad en un sistema que se presentó a comienzo de los años 80 del pasado siglo como una aventura compartida por un buen número del contingente poblacional, ávidos de libertad y de justicia. Hoy algunos ya hemos escrito hace un tiempo que no estamos en una democracia sino en una seudodemocracia, y no estamos en un Estado de derecho sino en un Estado de desecho. La única posibilidad de cambio sólo puede venir de la sociedad civil que en una actitud mancomunada y saliendo de forma pacífica a la calle, exijamos a gobernantes, políticos, jueces y fiscales, financieros, sindicalistas, etc, etc que cumplan de forma exhaustiva sus funciones, con la transparencia y buen uso del dinero público de acuerdo con la ley, y que a los transgresores se les aplique la Ley con todo el rigor. Un saludo Pedro y Leganés y hasta pronto.
Angel
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Puedo equivocarme, amigo Ángel, pero creo que nuestro querido Leganés también comparte esa tesis que desarrollo. Es inteligente y le avala toda una experiencia vital enriquecedora. Lo que pasa es que yo, al igual que tú, no soy muy optimista, me gustaría no sólo por mí, sino por el futuro de las generaciones jóvenes, de nuestros hijos.

Ya he citado en alguna ocasión el libro "Todo lo que era sólido" de Antonio Muñuz Molina, nuestro país se ha visto afectado todas estas últimas décadas por una ... (ver texto completo)
Sea lo primero, querido profesor, trasladarte mi contento por verte en el Foro Jabeño, te recibo con un fuerte abrazo.

Qué te voy a decir de la casta política actual; personalmente (todavía no he contestado a Pedro) pienso que la Política y sus intérpretes son absolutamente necesarios, una hermosa ocupación que debe ser "entendida como una entrega total al bien de los otros, y esta entrega debía alcanzar un nivel tal de generosidad que Platón mismo llegó a pensar si los políticos podrían ser felices", ... (ver texto completo)