Estimado vecino, QUERIDO AMIGO MIGUEL, thedejao pal final porque me hace mucha ilusión retomar el contacto contigo, rememorar cosas gracias a tu extraordinaria memoria que me está haciendo revivir muchas cosas agradables: el paseo era un universo que un día destos vamos a comenzar a explorar mirando al pasado.
Quiero que sigas interviniendo aquí, como entretenimiento, aquí me tienes para acompañarte en ese viaje a la niñez que inexplicablemente nos emociona, aun siendo épocas en las que sufrimos muchas carencias y muchos abusos, pero la imaginación y la candidez infantiles lo compensaban con creces.
Jejeje, me encanta la canción italiana: Celentano, Modugno, Patti Bravo, Rita Pavone........, me volvían loco los Brincos que con los geniales Beatles me ponen los pelos como escarpias, no lo puedo remediar. Yo no era un ligón, Miguel, no lo he sido nunca: he tratado, y trato, de ser agradable con mi entorno, más con las mujeres porque siempre lo han merecido, y yastá. Te voy a confesar un secreto, aunque así deje de serlo, en los guateques yo me encargaba disimuladamente de bailar y charlar con las chicas menos favorecidas (es un decir, sólo es eso), eso me reportaba réditos amistosos que todavía conservo: me di cuenta pronto, por ejemplo, que me gustaban las que "no tenían ni tripa ni cuajareja", porque lo delgado entonces no era apetecible, para mí sí. Otra cosa que producía risa era bailar con alguna chica que te sacara la cabeza: pos yo, quera bajito y ahora más, me gustaban las palmeras altas, altísimas, y moceé con chicas que meaban mu alto, me estoy sonriendo al conversar contigo destas cosas personales.
Ojalá y hubiera cantado bien, ahora estoy pretendiendo mejorar mi pasión por algún instrumento musical. Tú, Miguel, no es que fueras menos ligón es que eras un tío mu callao y un peazo de buena persona en la que había que mirarse.
Perdona este discurso tan largo y recibe un abrazo mu fuerte y lleno de afecto: ¡ANÍMATE!
Quiero que sigas interviniendo aquí, como entretenimiento, aquí me tienes para acompañarte en ese viaje a la niñez que inexplicablemente nos emociona, aun siendo épocas en las que sufrimos muchas carencias y muchos abusos, pero la imaginación y la candidez infantiles lo compensaban con creces.
Jejeje, me encanta la canción italiana: Celentano, Modugno, Patti Bravo, Rita Pavone........, me volvían loco los Brincos que con los geniales Beatles me ponen los pelos como escarpias, no lo puedo remediar. Yo no era un ligón, Miguel, no lo he sido nunca: he tratado, y trato, de ser agradable con mi entorno, más con las mujeres porque siempre lo han merecido, y yastá. Te voy a confesar un secreto, aunque así deje de serlo, en los guateques yo me encargaba disimuladamente de bailar y charlar con las chicas menos favorecidas (es un decir, sólo es eso), eso me reportaba réditos amistosos que todavía conservo: me di cuenta pronto, por ejemplo, que me gustaban las que "no tenían ni tripa ni cuajareja", porque lo delgado entonces no era apetecible, para mí sí. Otra cosa que producía risa era bailar con alguna chica que te sacara la cabeza: pos yo, quera bajito y ahora más, me gustaban las palmeras altas, altísimas, y moceé con chicas que meaban mu alto, me estoy sonriendo al conversar contigo destas cosas personales.
Ojalá y hubiera cantado bien, ahora estoy pretendiendo mejorar mi pasión por algún instrumento musical. Tú, Miguel, no es que fueras menos ligón es que eras un tío mu callao y un peazo de buena persona en la que había que mirarse.
Perdona este discurso tan largo y recibe un abrazo mu fuerte y lleno de afecto: ¡ANÍMATE!