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Aquí no saburre naide, Miguel. En el Foro Jabeño/ to el mundo sentretiene/ con poné un poco dempeño/.
Querido vecino, cómo no voy recordar, hasta del jedó de las cagarrutas macuerdo, de los cagajones de las bestias y de los collares con espinos de los perros; y aluego la calle la remataba las boñigas de las vacas de Félix "el Galgo", el primer hombre que vi vender leche desde la ubre al gaznate, casa a casa. Todo aquello, las yuntas de tu inolvidable padre, señó Aquilino, E. P. D., las de Segador, la burra de "Machaco", la de Tío Valentín: por toas las puertas falsas de la calle Cilla salían las bestias.
Ya lo sabrás pero quiero recordarlo: ese trashumar de los pastos de invierno a los de verano y viceversa, generó un comercio y un flujo de riqueza entre Castilla y Extremadura extraordinariamente importante. La Banca Pueyo, que antes fue una agencia de cobro, nació como un instrumento financiero necesario para facilitar el trasiego de compras y ventas, cobros y pagos, préstamos y ahorro, etc. Y, curiosamente, ese hablar tan correcto de castellano puro que tú recuerdas, dejó sus rescoldos en Campanario (un pueblo de destino de muchos castellanos) donde se habla con las eses castellanas como tú recordarás que hablaba el cura don Pedro Morillo-Velarde, el de la Vespa, que cierto día le dio un buen disgusto a un jabeño por coger de la mano a su novia, o besarla, jejeje.
Ya iremos desgranando las historias. Un fuerte abrazo,
Querido vecino, cómo no voy recordar, hasta del jedó de las cagarrutas macuerdo, de los cagajones de las bestias y de los collares con espinos de los perros; y aluego la calle la remataba las boñigas de las vacas de Félix "el Galgo", el primer hombre que vi vender leche desde la ubre al gaznate, casa a casa. Todo aquello, las yuntas de tu inolvidable padre, señó Aquilino, E. P. D., las de Segador, la burra de "Machaco", la de Tío Valentín: por toas las puertas falsas de la calle Cilla salían las bestias.
Ya lo sabrás pero quiero recordarlo: ese trashumar de los pastos de invierno a los de verano y viceversa, generó un comercio y un flujo de riqueza entre Castilla y Extremadura extraordinariamente importante. La Banca Pueyo, que antes fue una agencia de cobro, nació como un instrumento financiero necesario para facilitar el trasiego de compras y ventas, cobros y pagos, préstamos y ahorro, etc. Y, curiosamente, ese hablar tan correcto de castellano puro que tú recuerdas, dejó sus rescoldos en Campanario (un pueblo de destino de muchos castellanos) donde se habla con las eses castellanas como tú recordarás que hablaba el cura don Pedro Morillo-Velarde, el de la Vespa, que cierto día le dio un buen disgusto a un jabeño por coger de la mano a su novia, o besarla, jejeje.
Ya iremos desgranando las historias. Un fuerte abrazo,