…CONTINUACIÓN, viene del 4-3-2014,
Fiel a sus convicciones, durante los tres años de Guerra Civil, Paco defendió lo que creía más justo: respetar el gobierno legítimo salido de las urnas y el orden constitucional nacido con la II República en 1931, frenar el fascismo italiano y alemán que amenazaba la libertad en Europa y, muy convencido de ello, conseguir su anhelo utópico de una revolución social que deviniera en una sociedad realmente democrática y autogestionaria, esto es, unir teoría y praxis –por este orden- de su esencia marxista.
A sus diecinueve años se había convertido en un extraordinario estratega militar, siempre en el campo de batalla y en primera línea se batió en los frentes de Las Alpujarras granadinas, fue un destacado capitán con importantes responsabilidades en los campos de Teruel, en la Batalla del Ebro y por último en Cataluña. Fue aquí donde, perdida la contienda, los dirigentes del PCE le dan cobijo bajo la protección de la también militante comunista Anita Verdaguer Dorca (nacida en Gerona el 21-2-1912 y que al día en que esto escribo sigue viviendo en plenitud a sus 102 años), no sólo le cobijó sino que huye con él a Francia donde contraen matrimonio civil: Anita le iba a acompañar hasta el último hálito de su azarosa y fascinante vida.
Paco pensó, erróneamente, que la derrota del ejército republicano por los rebeldes del Difunto sólo era el principio de la Gran Guerra contra el fascismo; así que, luego de casi un año de servicios prestados en viajes clandestinos a España enviado por el PCE con documentación falsa, en la primavera-verano de 1940, contacta en la clandestinidad con dirigentes de la Resistencia Francesa de la que formaría parte activa y destacada en plena ocupación alemana, llegando a ser bastante conocido como “el Severo Comandante Carlos” Dicho de otra manera, para él, la guerra no termina en 1939 sino que, como todos los miembros de la dirección del PCE en Francia, esperaba que –una vez vencido el enemigo nazi- el Difunto quedaría aislado y las incursiones guerrilleras por los Pirineos, en connivencia con la población civil española, harían el resto: reconquistarían España y librarían a sus ciudadanos del secuestro al que les estaba sometiendo la dictadura franquista: estaba muy confundido.
Con esa absoluta convicción, Paco Mera, admitido en la organización de la Resistencia Francesa, se pone manos a la obra para poner su grano de arena en conseguir la primera parte del gran sueño: la honrosa tarea de ayudar a vencer al fascismo alemán. De cómo este jabeño se esfuerza en ello, da fe la responsabilidad militar que adquiere dentro de las FFI francesas, donde igual que en el ejército español mandó una de sus unidades operativas: representando a los guerrilleros españoles, se pone al mando del XIV cuerpo del ejército de los mismos y se le nombra adjunto al Jefe del Estado Mayor de Toulouse. Aquí en Francia, no así en nuestro país, todavía se le recuerda al jabeño. Mirad esta noticia de un diario de la ciudad francesa que en diciembre de 2011 (66 años después de terminar la Segunda Guerra Mundial), rememora la figura de Paco Mera nombrando con todas sus letras el pueblo que lo vio nacer, nuestra querida Jaba; podemos leer en francés, bastante entendible, lo siguiente:
Né en 1920 à La Haba de la Serena (Badajoz) – mort en 1983 - PSUC - Gérone (Catalogne) – France
samedi 17 décembre 2011
par R. D.
popularité: 14%
Pendant la guerre civile Francisco Mera avait été commissaire d’une compagnie de l’armée républicaine. Exilé en France à la fin de la guerre civile, il y participa à la Résistance et fut le responsable d’une unité des FFI en Corrèze, Haute Vienne, Lot et Garonne et surtout en Dordogne. Il fut nommé commissaire du XIV corps des guérilleros espagnols et adjoint au chef de l’Etat major à Toulouse.
A l’automne 1944 il participa aux opérations de pénétration du Vall d’Aran dans le cadre de Reconquista de España. Arrêré en 1946, il fut emprisonné à Salt (Gérone) jusqu’à la fin 1950. Devenu chérien à sa libération de prison, il milita très activement au sein de la HOAC tout en continuant à être membre du PSUC.
Francisco Mera est mort à Sarria de Ter (Gérone) en 1983”
En las FFI fue ascendido a Comandante con la edad de 24 años (“Comandante Carlos”) y, librada Francia del Nazismo, ya el ejército regular francés le concedió el retiro de teniente coronel: lo que le ha permitido a su viuda Anita vivir en España con recatada dignidad hasta el día de hoy.
Pero mantengámonos en Francia. En 1944, con la edad que acabamos de citar, Paco Mera, con otros comandantes guerrilleros, va a intentar por mandato del Comité Central del PCE (dividido entre Santiago Carrillo, en Francia y Jesús Monzón Reparaz, en España), la más importante operación militar de la posguerra: con 6.000 guerrilleros bien entrenados (otras fuentes hablan de 10.000), van a intentar nada menos que “Reconquistar España”, que así se la llamó oficialmente a esta incursión, un fracaso militar que marcaría el futuro de la organización comunista española. Paco Mera, hasta entonces, era un jovencísimo y reconocido militar en la Francia resistente y un curtido militante en la dirección de un PCE muy convulso por las disensiones en su Comité Central y la atomización geográfica de su Buró Político entre España, Francia, Méjico y Argentina. “Paco, no era ni de unos ni de otros, era un hombre que le cabía el mundo entero en el corazón” (“Recuerdos de Paco Mera”, José Domínguez)
Continuará….
Fiel a sus convicciones, durante los tres años de Guerra Civil, Paco defendió lo que creía más justo: respetar el gobierno legítimo salido de las urnas y el orden constitucional nacido con la II República en 1931, frenar el fascismo italiano y alemán que amenazaba la libertad en Europa y, muy convencido de ello, conseguir su anhelo utópico de una revolución social que deviniera en una sociedad realmente democrática y autogestionaria, esto es, unir teoría y praxis –por este orden- de su esencia marxista.
A sus diecinueve años se había convertido en un extraordinario estratega militar, siempre en el campo de batalla y en primera línea se batió en los frentes de Las Alpujarras granadinas, fue un destacado capitán con importantes responsabilidades en los campos de Teruel, en la Batalla del Ebro y por último en Cataluña. Fue aquí donde, perdida la contienda, los dirigentes del PCE le dan cobijo bajo la protección de la también militante comunista Anita Verdaguer Dorca (nacida en Gerona el 21-2-1912 y que al día en que esto escribo sigue viviendo en plenitud a sus 102 años), no sólo le cobijó sino que huye con él a Francia donde contraen matrimonio civil: Anita le iba a acompañar hasta el último hálito de su azarosa y fascinante vida.
Paco pensó, erróneamente, que la derrota del ejército republicano por los rebeldes del Difunto sólo era el principio de la Gran Guerra contra el fascismo; así que, luego de casi un año de servicios prestados en viajes clandestinos a España enviado por el PCE con documentación falsa, en la primavera-verano de 1940, contacta en la clandestinidad con dirigentes de la Resistencia Francesa de la que formaría parte activa y destacada en plena ocupación alemana, llegando a ser bastante conocido como “el Severo Comandante Carlos” Dicho de otra manera, para él, la guerra no termina en 1939 sino que, como todos los miembros de la dirección del PCE en Francia, esperaba que –una vez vencido el enemigo nazi- el Difunto quedaría aislado y las incursiones guerrilleras por los Pirineos, en connivencia con la población civil española, harían el resto: reconquistarían España y librarían a sus ciudadanos del secuestro al que les estaba sometiendo la dictadura franquista: estaba muy confundido.
Con esa absoluta convicción, Paco Mera, admitido en la organización de la Resistencia Francesa, se pone manos a la obra para poner su grano de arena en conseguir la primera parte del gran sueño: la honrosa tarea de ayudar a vencer al fascismo alemán. De cómo este jabeño se esfuerza en ello, da fe la responsabilidad militar que adquiere dentro de las FFI francesas, donde igual que en el ejército español mandó una de sus unidades operativas: representando a los guerrilleros españoles, se pone al mando del XIV cuerpo del ejército de los mismos y se le nombra adjunto al Jefe del Estado Mayor de Toulouse. Aquí en Francia, no así en nuestro país, todavía se le recuerda al jabeño. Mirad esta noticia de un diario de la ciudad francesa que en diciembre de 2011 (66 años después de terminar la Segunda Guerra Mundial), rememora la figura de Paco Mera nombrando con todas sus letras el pueblo que lo vio nacer, nuestra querida Jaba; podemos leer en francés, bastante entendible, lo siguiente:
Né en 1920 à La Haba de la Serena (Badajoz) – mort en 1983 - PSUC - Gérone (Catalogne) – France
samedi 17 décembre 2011
par R. D.
popularité: 14%
Pendant la guerre civile Francisco Mera avait été commissaire d’une compagnie de l’armée républicaine. Exilé en France à la fin de la guerre civile, il y participa à la Résistance et fut le responsable d’une unité des FFI en Corrèze, Haute Vienne, Lot et Garonne et surtout en Dordogne. Il fut nommé commissaire du XIV corps des guérilleros espagnols et adjoint au chef de l’Etat major à Toulouse.
A l’automne 1944 il participa aux opérations de pénétration du Vall d’Aran dans le cadre de Reconquista de España. Arrêré en 1946, il fut emprisonné à Salt (Gérone) jusqu’à la fin 1950. Devenu chérien à sa libération de prison, il milita très activement au sein de la HOAC tout en continuant à être membre du PSUC.
Francisco Mera est mort à Sarria de Ter (Gérone) en 1983”
En las FFI fue ascendido a Comandante con la edad de 24 años (“Comandante Carlos”) y, librada Francia del Nazismo, ya el ejército regular francés le concedió el retiro de teniente coronel: lo que le ha permitido a su viuda Anita vivir en España con recatada dignidad hasta el día de hoy.
Pero mantengámonos en Francia. En 1944, con la edad que acabamos de citar, Paco Mera, con otros comandantes guerrilleros, va a intentar por mandato del Comité Central del PCE (dividido entre Santiago Carrillo, en Francia y Jesús Monzón Reparaz, en España), la más importante operación militar de la posguerra: con 6.000 guerrilleros bien entrenados (otras fuentes hablan de 10.000), van a intentar nada menos que “Reconquistar España”, que así se la llamó oficialmente a esta incursión, un fracaso militar que marcaría el futuro de la organización comunista española. Paco Mera, hasta entonces, era un jovencísimo y reconocido militar en la Francia resistente y un curtido militante en la dirección de un PCE muy convulso por las disensiones en su Comité Central y la atomización geográfica de su Buró Político entre España, Francia, Méjico y Argentina. “Paco, no era ni de unos ni de otros, era un hombre que le cabía el mundo entero en el corazón” (“Recuerdos de Paco Mera”, José Domínguez)
Continuará….