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LA HABA: Amigo Antonio: te voy a contestar tu amable comunicación...

Muy buenas noches a to el jabeñerío y mis mejores deseos para este fin de semana.

El tiempo en Zamora, de martes a jueves, JLMA, nos ha dejado agua, sol y viento: pero en las dosis justas para disfrutar de caminatas callejeras, disfrutar de mucho Románico y no menos Modernismo, de sus vinos –riquísimos “Pintia”- y de su “arroz a la zamorana”, lo mejor, jejeje.

Pero a lo que realmente he ido a Zamora, es a escuchar a la gente que conoció, trabajó y convivió con nuestro paisano Manuel Lorenzo Pajuelo, “El Rector”, para saber mucho más de él, para ensalzar cómo una inteligencia excepcional como la suya, envuelta con la virtud de la humildad y los atributos de la perseverancia y la empatía, pudo forjar una obra al servicio de los demás y dejar una huella en sus colaboradores que te reconcilian con tus semejantes, en la seguridad de que personas como él son los que –con toda seguridad- nos traerán un mundo mejor en el que personalmente creo.

Gracias, a la señora bedel de la antigua Universidad; gracias al actual Jefe de Estudios del IES “Universidad Laboral de Zamora”; a los profesores que he conocido en sus propias clases llenas de ilusionados alumnos; muchísimas gracias, al que fuera Rector de la Universidad (cuando Manuel dejó Zamora para tomar Sevilla), el padre salesiano don Alberto García-Verdugo Fernández-Sanguino: un hombre que me ha dejado impactado.

Nada de esto podría haber sido posible sin la hospitalidad, la generosidad y la grandeza de mi admirado amigo y profesor el doctor Ángel San Juan Marciel, quien me ha acompañado en todo y a todo, me ha llenado el morral con sus nuevos libros y el corazón de sentimientos: GRACIAS, ÁNGEL, UN FUERTE ABRAZO. Vengo bastante más rico de lo que fui, he aprendido mucho y mi cabeza y mi libreta tienen datos para prolongar la apasionante biografía de Manuel, un jabeño prominente al que no he tenido el gusto de conocer, todavía.

Un abrazo mu fuerte,

Amigo Antonio y Flory: fue para mi motivo de satisfacción acompañaros y poder pasar una mañana para el recuerdo entre personajes de tanto calado humano como fue el tiempo que nos dedicó el P. Alberto García Verdugo, y la acogida del personal de la antigua Universidad laboral, hoy IES. Zamora, es una ciudad que se destaca por su amable acogida a todas aquellas personas que tienen a bien venir a conocerla, su comida: vinos, quesos, garbanzos, etc, son de primera calidad, así como las atenciones recibidas en los hoteles, restaurantes, bares, etc. En cuanto a la arquitectura románica, se cuenta con 25 iglesias y una catedral digna de admirar. La Universidad Laboral de estilo Herreriano moderno, es sin duda alguna un edificio emblemático. En fin, estimados amigos, Antonio_LEGANES_ (y Flory), agradezco tus palabras hacia mi persona y deseo sigamos en contacto, aunque sea de momento a través de estas líneas, en el foro jabeño, en el que se tratan temas de mucho interés, por ejemplo el de hoy en relación a la situación de la mujer, que en otro momento con mucho gusto os haré llegar por este medio, y que en un trabajo de investigación realizado por mí en Salamanca está en convergencia con lo expuesto por Bermejo. Un abrazo y hasta la próxima.
Angel San Juan Marciel

Te reitero, profesor, mi más sincero agradecimiento por tus atenciones que -con tu diligente buen hacer- nos adentraron en el corazón mismo de Zamora y de los que allí viven: nuestros contactos, Ángel, se incrementarán por este Foro, por otros de la Red y personalmente cada vez que quieras.

Es mi intención hacer el "camino de Manuel": me es imprescindible escudriñar un dato que, como sabes nos aportó el padre García-Verdugo: ¿fue una relación afectiva en Gerona la que le hizo salir de la Guardia Civil para iniciar una nueva vida a través de la organización salesiana? He de viajar a esa ciudad catalana para tratar de verificarlo; luego iré a Sevilla, Alcalá y creo que las antiguas universidades de Valencia (Cheste) y Cáceres pueden ser también fuentes de información: no sin antes, siguiendo vuestra sugerencia, intentar verle a él en Orense, donde es seguro que su memoria -quizá castigada por sus 94 años- con el apoyo de sus dos hijos y esposa me proveerán de datos, vivencias y recuerdos que me permitan trasladar a los jabeños, en toda su dimensión, su vida y su obra.

Estoy, Ángel, leyendo (o releyendo) tus libros: tu vida merece una biografía extensa, escrita por ti mismo o por persona allegada y más capacitada que este jabeño: sólo por tener una impronta de los personajes que tuviste a tu lado o "enfrente", ya valdría la pena. Tú, Ángel, has vivido y vives realmente la Vida.

Ya sabes, amigo, aquí en Madrid (o en Extremadura), tienes una humilde casa y unos amigos jabeños.

Un fuerte y afectuoso abrazo,

Amigo Antonio: te voy a contestar tu amable comunicación jabeña, con una frase de un gran amigo y poeta, el nicaragüense Carlos Martínez Rivas, amigo de otro ilustre poeta zamorano Claudio Rodríguez-ambos pasaron a mejor vida, así- q. e. p. d-, que al recibir una importante ayuda del entonces Ministro de Educación de la Nicaragua sandinista Dr Carlos Tunnerman, le escribió la siguiente frase, que yo ahora hago mía: AGOVIADO DE AGRADECIMIENTO. con un abrazo
Angel San Juan M.