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LA HABA: POR QUÉ NO VOY A VOTAR EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES...

POR QUÉ NO VOY A VOTAR EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES

Hay mucha gente interesada que de manera solemne proclama que no acudir a votar es una irresponsabilidad, que cualquier tipo de sufragio representa una fiesta para la democracia y que la madurez de un Estado de Derecho se fundamenta en la participación masiva de la ciudadanía para elegir a sus representantes con sus votos en las urnas. Yo lo que creo es que todo eso es polvo de hadas, una engañifa, humo lejano de alguna reserva india de Dakota del Sur, porque la esencia de la democracia gravita sobre el respeto mutuo, en la plena libertad para defender las ideas y decisiones siempre que, por supuesto, se haga de una forma pacífica. Y entre ellas, por supuesto, está el esquivar el compromiso con las urnas, una decisión tan democrática, respetable y razonada como la de todos esos votantes que acuden religiosamente a cada cita con las urnas para, en mi opinión, ser engañados de forma sistemática.

Los votantes podrán acusar a los no votantes de inacción e irresponsabilidad, nos venderán la burra vieja de no tenemos derecho a protestar y quejarnos como si eso les sirviera a ellos de algo. Los no votantes, por otra parte, podremos acusarles de la complicidad que con sus votos han generado en gobiernos desastrosos y corruptos que han llevado al país a la ruina económica y moral. El abstencionismo no es una medida antisistema tal y como en este país se entiende ese término –que tampoco estaría mal-, es una opción dentro del marco legal para bombardear los cimientos de un sistema corrupto desde su mismo corazón. Hay quien me invita al voto en blanco, pero eso sería entrar en el juego de un sistema que favorece los intereses personales o grupales de una casta privilegiada. Estas son algunas de mis razones para no votar en las próximas elecciones:

- El voto no sirve para nada porque jamás se cumplen los programas electorales de los partidos que han ganado las elecciones, lo cual supone una estafa, y el pueblo carece de mecanismos legales útiles y pacíficos para derrocar al gobierno de turno que ha engañado a sus votantes.

- En una democracia real debería ser el pueblo el que eligiese a sus gobernantes, no como ocurre en nuestro podrido sistema, que se limita sólo a ratificar a los representantes elegidos por las cúpulas de los partidos o sus afiliados. Partidos que cuentan, además, con una férrea disciplina de voto que les obliga a votar a ese candidato si no quiere ser dilapidado.

- La Constitución dice que “Todos los españoles son iguales ante la ley”, y eso que debería ser así no se cumple, pues al no existir una división plena y real de los poderes, el político goza de una impunidad de la que no goza el ciudadano normal: el poder judicial está en manos de los políticos.

- Si los votantes piensan que con sus votos van a obligar al partido ganador a cumplir la voluntad de la mayoría, están muy equivocados, pues una vez que un partido obtenga la deseada victoria sólo atenderá a sus propios intereses y a los de los grupos de presión (bancos, grandes corporaciones y lobbys influyentes) que serán quienes, finalmente, les marquen la agenda social y económica.

- El parlamento europeo se ha convertido en un desguace de alta gama donde cada partido manda lo más granado de su inoperancia ¿qué no sabes dónde colocar a fulanito?, pues le envías a Bruselas y al mismo tiempo que te quitas un lastre durante un tiempo, te lo agradecerá por el sueldecito apañado y los viajes de primera.

- Un ciudadano tiene que cotizar durante 35 años para cobrar la totalidad de la base reguladora de la pensión a la que tenga derecho. Sin embargo, a un diputado o senador le basta con s 7 años de ejercicio para poder obtener la pensión máxima de jubilación, esto es posible gracias a la pensión parlamentaria que con total desfachatez, desvergüenza y descaro ellos mismos aprobaron. Los europarlamentarios españoles cobran hasta 15.000 euros al mes trabajando sólo 134 días al año. Insultante ¿verdad?, es entonces cuando me pregunto ¿qué le parece este sueldo a los 6 millones de parados? ¿Y a los que con un salario de mierda no les llega para cubrir las necesidades básicas de su familia?

Por todo ello yo apuesto por una democracia real, de convivencia social y humanista, verdaderamente participativa y consensuada. Y desprecio el Estado de Partidos, que genera una casta indecente y unos intereses mezquinos. La abstención dinamitará el sistema y es el único ariete que tiene el pueblo para acabar con la corrupción y el chollo repugnante en donde están instalados los políticos.