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sigue avanzando la vida y después de buenas nuevas, no ha pasado nada.
Pasó Navidad, pasó la feria, pasaron Carnavales y pasó Semana Santa, y las vidas vulgares de las personas vulgares siguen su curso natural, y no pasa nada.
El verano nos ha sorprendido con fuerza inusitada y el calor y el buen tiempo pueblan el canal (ruta del colesterol y ácido úrico), parece ser que comenzó la operación bikini. Los gurriatos comienzan sus vuelos circulares alrededor de la torre al caer la tarde y una banda sonora de griterio infantil en la plaza de abajo (ya sé que es Plaza de Extremadura, pero me gusta más lo antiguo) pone música a la danza "gurriatil", y no pasa nada.
Otros preferimos las rutas fuera del nucleo urbano, por esos caminos duros, secos y con el horizonte despejado, por estas tierras en las cuales los tres elementos, sol, cielo y tierra son despiadados, como decía Barea, el sol es una llama viva sobre nuestras cabezas, la tierra seca una planicie agrietada que abrasa al contacto y el cielo un fanal luminoso de cristal azul que reverbera, con ellos tres la ruta es perfecta, y no pasa nada.
En fìn, nosotros pasamos sin pena ni gloria y la huella indeleble de nuestro paso solo será visible mucho tiempo despues de haber transitado por esta senda, saludos, jabeñ@s.
Pasó Navidad, pasó la feria, pasaron Carnavales y pasó Semana Santa, y las vidas vulgares de las personas vulgares siguen su curso natural, y no pasa nada.
El verano nos ha sorprendido con fuerza inusitada y el calor y el buen tiempo pueblan el canal (ruta del colesterol y ácido úrico), parece ser que comenzó la operación bikini. Los gurriatos comienzan sus vuelos circulares alrededor de la torre al caer la tarde y una banda sonora de griterio infantil en la plaza de abajo (ya sé que es Plaza de Extremadura, pero me gusta más lo antiguo) pone música a la danza "gurriatil", y no pasa nada.
Otros preferimos las rutas fuera del nucleo urbano, por esos caminos duros, secos y con el horizonte despejado, por estas tierras en las cuales los tres elementos, sol, cielo y tierra son despiadados, como decía Barea, el sol es una llama viva sobre nuestras cabezas, la tierra seca una planicie agrietada que abrasa al contacto y el cielo un fanal luminoso de cristal azul que reverbera, con ellos tres la ruta es perfecta, y no pasa nada.
En fìn, nosotros pasamos sin pena ni gloria y la huella indeleble de nuestro paso solo será visible mucho tiempo despues de haber transitado por esta senda, saludos, jabeñ@s.