Escuchando al personal.
-Y una última conclusión; aquí en el Foro Jabeño hubo insinuaciones de que “el Cedente” del molino al principio fue beligerante y aluego se calló al conformarse con el dinero que le ofreció el ayuntamiento. Yo creo que esto no ha sido así, “fanegas”, no siempre vamos a estar de acuerdo, hombre: ni el ayuntamiento le ofreció dinero (porque legalmente no podría hacerlo, creo yo) ni él lo pidió. Fue el depositario del molino quien fue a su casa a ofrecérselo.
Lo que realmente pasó, ante el intento fallido de conseguir un molino semejante -que es con lo que se conformaba el Cedente- fue que el Cesionario, en connivencia con él, puso en marcha lo estipulado en el documento suscrito el año 2003, que en una de sus cláusulas disponía que: “…en caso de que el objeto de la donación no se cumpla, la propiedad ahora donada retornaría al cedente quien podría disponer libremente de ella”; una manera inteligente de quedarse “al margen” de responsabilidades y actuar de mediador bueno.
Así las cosas, el Cedente, sin pretenderlo, vuelve a ser propietario del tan reiterado molino, pero de un molino que no existe. Este hombre que un día con buena voluntad donó al pueblo algo que para él tenía un valor sentimental, se encuentra con que el Ayuntamiento le defrauda al arrumbar lo donado en una en una finca privada, se olvida del objeto por el que se hizo la donación, alguien lo vende fraudulentamente como chatarra, se embolsa el dinero de la venta y se cachondea de él y de medio pueblo……, yo creo que dada las circunstancias el dueño del bien pueda actuar de la manera que crea más oportuna. La solución dineraria, además, le viene dada, porque el Cesionario, que es el Ayuntamiento, de no solventarlo así se hubiera visto abocado a demandar al sujeto, así que se inclina por lo menos escandaloso: indemnizar al dueño, liberando con ello de responsabilidades a la Corporación Municipal, al depositario del molino y al altivo vendedor de cosas ajenas: todos contentos.
Así las cosas, al no ser posible el retorno a él de lo que era suyo, y no sabiendo cómo poner valor dinerario a algo que solo lo tiene sentimental, creo que es muy libre de intentar el cobro compensatorio en la cuantía que a él le pareciera justa: no sé si han sido 900, 6000 o 4000 (cuatro mil euros), el caso es que -previo consenso- el tema se ha cerrado con la percepción por su parte de cierta cantidad de dinero por algo que fue suyo, posteriormente de todos los jabeños y aluego –legítimamente- ha vuelto a ser de su propiedad: y él es el único que estaba legitimado para ponerle precio.
Claro que podía haber hecho otra cosa, pero a diferencia de los demás “actores”, no le era en absoluto exigible. Y además, ¿qué podía hacer?, ¿coger el dinero que el chatarrero le dio al vendedor? ¿donar la cantidad recibida para obras sociales? Él sabrá cuáles son sus circunstancias y lo que tiene que hacer con lo que es suyo, y más sabiendo que el hecho ha movido a la mofa y al cachondeo popular.
Por mi parte, respecto a las personas que conozco y que he citado sin nombrarlas, ni siquiera un ápice se modifica el afecto que les profeso, aquí tienen el Foro Jabeño (un espacio de libertad) donde tienen el derecho -y casi el deber- de escribir lo que les parezca oportuno o aclaratorio; añadir, por tranquilidad de todos, que no ha ocurrido ningún drama pero tampoco lo considero una “tormenta en un vaso de agua” como escribió mi estimado y añorado Pedro RB que está a cosas de más calado y relevantes, sino un hecho feo, pero que mu feo, del que todos habremos aprendido algo.
Como siempre, abierto quedo a que sobre lo aquí escrito, alguien contravenga, rectifique, aclare, cumplimente o critique; pero doy fe de que esta es la versión comedida que cuenta el jabeñerío residente en las tabernas y cenáculos, ques donde más pura emerge la verdad.
Y sansacabó; mu buenas noches a to el jabeñerío,
-Y una última conclusión; aquí en el Foro Jabeño hubo insinuaciones de que “el Cedente” del molino al principio fue beligerante y aluego se calló al conformarse con el dinero que le ofreció el ayuntamiento. Yo creo que esto no ha sido así, “fanegas”, no siempre vamos a estar de acuerdo, hombre: ni el ayuntamiento le ofreció dinero (porque legalmente no podría hacerlo, creo yo) ni él lo pidió. Fue el depositario del molino quien fue a su casa a ofrecérselo.
Lo que realmente pasó, ante el intento fallido de conseguir un molino semejante -que es con lo que se conformaba el Cedente- fue que el Cesionario, en connivencia con él, puso en marcha lo estipulado en el documento suscrito el año 2003, que en una de sus cláusulas disponía que: “…en caso de que el objeto de la donación no se cumpla, la propiedad ahora donada retornaría al cedente quien podría disponer libremente de ella”; una manera inteligente de quedarse “al margen” de responsabilidades y actuar de mediador bueno.
Así las cosas, el Cedente, sin pretenderlo, vuelve a ser propietario del tan reiterado molino, pero de un molino que no existe. Este hombre que un día con buena voluntad donó al pueblo algo que para él tenía un valor sentimental, se encuentra con que el Ayuntamiento le defrauda al arrumbar lo donado en una en una finca privada, se olvida del objeto por el que se hizo la donación, alguien lo vende fraudulentamente como chatarra, se embolsa el dinero de la venta y se cachondea de él y de medio pueblo……, yo creo que dada las circunstancias el dueño del bien pueda actuar de la manera que crea más oportuna. La solución dineraria, además, le viene dada, porque el Cesionario, que es el Ayuntamiento, de no solventarlo así se hubiera visto abocado a demandar al sujeto, así que se inclina por lo menos escandaloso: indemnizar al dueño, liberando con ello de responsabilidades a la Corporación Municipal, al depositario del molino y al altivo vendedor de cosas ajenas: todos contentos.
Así las cosas, al no ser posible el retorno a él de lo que era suyo, y no sabiendo cómo poner valor dinerario a algo que solo lo tiene sentimental, creo que es muy libre de intentar el cobro compensatorio en la cuantía que a él le pareciera justa: no sé si han sido 900, 6000 o 4000 (cuatro mil euros), el caso es que -previo consenso- el tema se ha cerrado con la percepción por su parte de cierta cantidad de dinero por algo que fue suyo, posteriormente de todos los jabeños y aluego –legítimamente- ha vuelto a ser de su propiedad: y él es el único que estaba legitimado para ponerle precio.
Claro que podía haber hecho otra cosa, pero a diferencia de los demás “actores”, no le era en absoluto exigible. Y además, ¿qué podía hacer?, ¿coger el dinero que el chatarrero le dio al vendedor? ¿donar la cantidad recibida para obras sociales? Él sabrá cuáles son sus circunstancias y lo que tiene que hacer con lo que es suyo, y más sabiendo que el hecho ha movido a la mofa y al cachondeo popular.
Por mi parte, respecto a las personas que conozco y que he citado sin nombrarlas, ni siquiera un ápice se modifica el afecto que les profeso, aquí tienen el Foro Jabeño (un espacio de libertad) donde tienen el derecho -y casi el deber- de escribir lo que les parezca oportuno o aclaratorio; añadir, por tranquilidad de todos, que no ha ocurrido ningún drama pero tampoco lo considero una “tormenta en un vaso de agua” como escribió mi estimado y añorado Pedro RB que está a cosas de más calado y relevantes, sino un hecho feo, pero que mu feo, del que todos habremos aprendido algo.
Como siempre, abierto quedo a que sobre lo aquí escrito, alguien contravenga, rectifique, aclare, cumplimente o critique; pero doy fe de que esta es la versión comedida que cuenta el jabeñerío residente en las tabernas y cenáculos, ques donde más pura emerge la verdad.
Y sansacabó; mu buenas noches a to el jabeñerío,