LA HABA: PARAÍSO RADIOACTIVO
“Un pueblo es / un pueblo es / un pueblo es / abrir una ventana en la mañana y respirar / la sonrisa del aire en cada esquina y…”
- Para, coño, paraaaaaaaaaaaaaa
- Perdón, comprendo que recordar este tema que cantaba la lánguida, insulsa y nunca lo suficientemente desdeñada María Ostiz puede resultar un ejercicio de regresión nostálgica demasiado cándido que no va con el zeitgeist o espíritu de los tiempos, pero es que el mundo viejo parece que ha vuelto con tanto tabaco liado, parados y pobreza.
- Me programo de nuevo: “España huele a pueblo / a descalzo y a fuente / a trabajo y a queso / a arrugas en la frente. / España huele a pueblo / a paredes de cal / a amor y a casamiento / y a donjuanes de bar. / A mí me huele a eso... “
- Hoy estás sembrado tío, sólo mi memoria puede marcar la medida exacta de mi inteligencia. Sí, también recuerdo ese pasodoble compuesto y cantado por Benito Moreno y que popularizó el finado Manolo Escobar, lo que no recuerdo es que dijera que también huele a sudor, a chismosos y alcahuetas, a zurpia radiactiva, a santos inocentes, a corrupción, a concha corrida, a piel de toro pudriéndose al sol y rebosante de buitres y moscas cojoneras.
-Oye tío, nunca te has parado a pensar por qué en este puto país hay tantos asesinos en potencia.
-No, siempre me interesaron más los héroes anónimos a los que quemaron vivos. Pero si quieres que te diga la verdad, cada uno escapa de una cosa: de una sexualidad culpable, de una educación castrante, de una vida vacía, de alguna deuda o factura impagada. Te dejo, voy a dar una vuelta a ver que se cuece, como siempre me encontraré a mucha gente que llamará raro a todo lo que desconoce: ¡Qué rara es esa música que escuchas! ¡Qué rara es esa película que te gusta! ¡Qué rara es esa ropa que llevas! ¡Qué raro es que te guste tanto leer!
-Y tú qué contestas.
-Que no hay nada raro en ello, lo que ocurre es que son todos unos ignorantes. Chao.
Me cuenta Jesús algo que ya sé: la historia de los 900 bidones enterrados en la mina Lobo-G de mi pueblo procedentes de un accidente que se produjo en un pequeño reactor experimental que la Junta de Energía Nuclear tenía en Madrid (bidones que, suponemos, contienen mayormente residuos áridos, lodos y hortalizas contaminadas). Una comisión de investigación creada en la época de Ibarra y formada por PP, PSOE, IU Y Extremadura Unida, no obtuvo ninguna conclusión y ocultó el problema. No se abrieron los bidones como dijo Ibarra y la lógica indica que la chapa estará podrida y posiblemente la radioactividad esté llegando a los acuíferos y de ahí a la cadena alimentaria. Un problema al que hay que sumar las canteras de Quintana que están provocando desastres medioambientales y los efectos por el uso indiscriminado de pesticidas en nuestras comarcas.
Bien, un informe de un grupo de oncólogos del hospital Don Benito-Villanueva indica que esas terribles agresiones sobre la salud y por lo tanto la vida, pueden estar influyendo en nuestros pueblos de manera terrible, ya que si la media nacional de cáncer de mama se sitúa en un 50´9 % por cada cien mil habitantes, aquí es de un 63´4 sobre el mismo muestreo (150 casos diagnosticados en 2013, el 60 % de ellos malignos). Por eso no es posible que gran parte de nuestra población pueda servirse de sólo tres frases para manejarse toda una vida: ¡Qué frío hace! ¡Qué calor hace! ¡Qué le vamos a hacer!
Vivir en un pueblo no es tan idílico, siempre fuimos los estercoleros de las grandes ciudades, siempre que han escupido para arriba los gargajos han caído en las cabezas de los tontos de los pueblos, pero podemos seguir engañándonos con todos esos chascarrillos y recuerdos que sólo ahora parecen gratificantes tras una vida quemada. Nada cambiará el estado de las cosas y todos deberíamos saber que lo más insustancial de una vida florece cuando falta ya el oxígeno. Conocí una vez a alguien que el modo que tenía de conseguir las cosas era abriéndose de patas y gimiendo distraidamente. ¡Políticos corruptos, profesionales de la mentira, el cuento y la sopa boba pónganse manos a la obra y aporten soluciones! Dejen de darnos por el culo, tanto vicio hace daño.
“Un pueblo es / un pueblo es / un pueblo es / abrir una ventana en la mañana y respirar / la sonrisa del aire en cada esquina y…”
- Para, coño, paraaaaaaaaaaaaaa
- Perdón, comprendo que recordar este tema que cantaba la lánguida, insulsa y nunca lo suficientemente desdeñada María Ostiz puede resultar un ejercicio de regresión nostálgica demasiado cándido que no va con el zeitgeist o espíritu de los tiempos, pero es que el mundo viejo parece que ha vuelto con tanto tabaco liado, parados y pobreza.
- Me programo de nuevo: “España huele a pueblo / a descalzo y a fuente / a trabajo y a queso / a arrugas en la frente. / España huele a pueblo / a paredes de cal / a amor y a casamiento / y a donjuanes de bar. / A mí me huele a eso... “
- Hoy estás sembrado tío, sólo mi memoria puede marcar la medida exacta de mi inteligencia. Sí, también recuerdo ese pasodoble compuesto y cantado por Benito Moreno y que popularizó el finado Manolo Escobar, lo que no recuerdo es que dijera que también huele a sudor, a chismosos y alcahuetas, a zurpia radiactiva, a santos inocentes, a corrupción, a concha corrida, a piel de toro pudriéndose al sol y rebosante de buitres y moscas cojoneras.
-Oye tío, nunca te has parado a pensar por qué en este puto país hay tantos asesinos en potencia.
-No, siempre me interesaron más los héroes anónimos a los que quemaron vivos. Pero si quieres que te diga la verdad, cada uno escapa de una cosa: de una sexualidad culpable, de una educación castrante, de una vida vacía, de alguna deuda o factura impagada. Te dejo, voy a dar una vuelta a ver que se cuece, como siempre me encontraré a mucha gente que llamará raro a todo lo que desconoce: ¡Qué rara es esa música que escuchas! ¡Qué rara es esa película que te gusta! ¡Qué rara es esa ropa que llevas! ¡Qué raro es que te guste tanto leer!
-Y tú qué contestas.
-Que no hay nada raro en ello, lo que ocurre es que son todos unos ignorantes. Chao.
Me cuenta Jesús algo que ya sé: la historia de los 900 bidones enterrados en la mina Lobo-G de mi pueblo procedentes de un accidente que se produjo en un pequeño reactor experimental que la Junta de Energía Nuclear tenía en Madrid (bidones que, suponemos, contienen mayormente residuos áridos, lodos y hortalizas contaminadas). Una comisión de investigación creada en la época de Ibarra y formada por PP, PSOE, IU Y Extremadura Unida, no obtuvo ninguna conclusión y ocultó el problema. No se abrieron los bidones como dijo Ibarra y la lógica indica que la chapa estará podrida y posiblemente la radioactividad esté llegando a los acuíferos y de ahí a la cadena alimentaria. Un problema al que hay que sumar las canteras de Quintana que están provocando desastres medioambientales y los efectos por el uso indiscriminado de pesticidas en nuestras comarcas.
Bien, un informe de un grupo de oncólogos del hospital Don Benito-Villanueva indica que esas terribles agresiones sobre la salud y por lo tanto la vida, pueden estar influyendo en nuestros pueblos de manera terrible, ya que si la media nacional de cáncer de mama se sitúa en un 50´9 % por cada cien mil habitantes, aquí es de un 63´4 sobre el mismo muestreo (150 casos diagnosticados en 2013, el 60 % de ellos malignos). Por eso no es posible que gran parte de nuestra población pueda servirse de sólo tres frases para manejarse toda una vida: ¡Qué frío hace! ¡Qué calor hace! ¡Qué le vamos a hacer!
Vivir en un pueblo no es tan idílico, siempre fuimos los estercoleros de las grandes ciudades, siempre que han escupido para arriba los gargajos han caído en las cabezas de los tontos de los pueblos, pero podemos seguir engañándonos con todos esos chascarrillos y recuerdos que sólo ahora parecen gratificantes tras una vida quemada. Nada cambiará el estado de las cosas y todos deberíamos saber que lo más insustancial de una vida florece cuando falta ya el oxígeno. Conocí una vez a alguien que el modo que tenía de conseguir las cosas era abriéndose de patas y gimiendo distraidamente. ¡Políticos corruptos, profesionales de la mentira, el cuento y la sopa boba pónganse manos a la obra y aporten soluciones! Dejen de darnos por el culo, tanto vicio hace daño.