Dedicado a todas las personas que, como yo, piensan que sólo el amor nos salvara y da sentido a la existencia. Podría decir como El último de la fila que “mi patria está en mis zapatos”; como Baudelaire que “mi patria es mi infancia”; como Bakunin que “mi patria es el mundo, la humanidad”. Pero mentiría porque ya sólo habito en el lecho simple de esta habitación sin que me interese otra cosa que la inmensidad de los ojos del ser amado y el calor de su cuerpo. Me retiro durante un par de semanas por cuestiones de trabajo y colaboraciones que tengo pendiente. Besos para todas las personas enamoradas y que adoran la libertad.
PÉTALOS DE JUVENTUD SOBRE MI ALMA
Encontraste al hombre enfermo de recuerdos para vivir el último acto de esta mascarada, / un hombre que acerca el oído a la tierra para escuchar el débil pálpito de una civilización agotada, / un ser extraviado en una región inmensa incapaz de encontrar un granero donde cobijarse de la temible tormenta. / Ay niña, ¿con qué mimbres hemos construido nosotros la idea del amor? / ¿Qué misterios se esconden entre los pliegues de tu piel que al penetrarte llueven pétalos de juventud sobre mi alma? / Déjame recordarte que cuando esto acabe contemplaré con indiferencia todo lo que me fue infinitamente ajeno, / y volaré saboreando aún la espuma de tu sonrisa e impregnado del olor de tu sexo, / todo lo que necesita un cadáver para saciar su ansia de sueño eterno.
PÉTALOS DE JUVENTUD SOBRE MI ALMA
Encontraste al hombre enfermo de recuerdos para vivir el último acto de esta mascarada, / un hombre que acerca el oído a la tierra para escuchar el débil pálpito de una civilización agotada, / un ser extraviado en una región inmensa incapaz de encontrar un granero donde cobijarse de la temible tormenta. / Ay niña, ¿con qué mimbres hemos construido nosotros la idea del amor? / ¿Qué misterios se esconden entre los pliegues de tu piel que al penetrarte llueven pétalos de juventud sobre mi alma? / Déjame recordarte que cuando esto acabe contemplaré con indiferencia todo lo que me fue infinitamente ajeno, / y volaré saboreando aún la espuma de tu sonrisa e impregnado del olor de tu sexo, / todo lo que necesita un cadáver para saciar su ansia de sueño eterno.