-Pues al final vas a tener razón en todo.
- ¿Qué te pasa Luismi?
- Ya sabes qué pasa. Las tarjetas "B" de Caja Madrid, la sensación de impotencia, de vivir en una asquerosa pocilga, de sentirse sucio y culpable por haber colaborado con mi voto, conscientemente o no, en este repugnante quilombo. Se salvó a la banca con el dinero y el sacrificio de todos y mira el uso que le estaban dando a nuestro dinero.
- Y todavía no sabemos el concepto, en qué se lo han gastado: ¿en putas? ¿en coca? ¿en viajes? ¿en aparatos electrónicos?. Y ahí han metido la mano miembros de todos los partidos y sindicatos, un escándalo de proporciones estratosféricas, 15´2 millones de euros que me temo es sólo la punta del iceberg. Entiendes ahora lo que te decía de la desafección de los ciudadanos hacia los políticos, y mientras la Agencia Tributaria ignoraba este nauseabundo pozo de corrupción -uno más-, no se le ocurre otra cosa que desvalijar a los emigrantes retornados, lo que ha obligado a alguno a suicidarse por no poder acometer la deuda con el Estado español.
-Tenías razón, joder, tenías razón en todo. Los políticos españoles no aman a España, su único opio es el dinero, las ideologías han muerto, la permisividad y fragilidad de la justicia es alarmante, está secuestrada por los políticos, bajo la bota del poder legislativo, ha llegado el momento de sentir vergüenza de pertenecer a esta mierda de país. No puedo más.
-Bienvenido al selecto club. Pero nos dirán que se tomarán medidas, es decir, habrá más recortes, se abaratará más el despido y el dinero dilapidado lo tendremos que reponer los de siempre. Lo evidente es que las instituciones no funcionan, hay millones de españoles a los que les da todo igual y otros millones que se lo juegan todo en unas urnas con las cartas marcadas. En verdad, tío, la cosa es muy grave, de lo que hablamos es de un un banco rescatado que deshaucia a ancianos y se queda con el dinero de pequeños inversores... Pero si emplumaron a una mujer que se encontró una tarjeta de crédito y la usó para comprar pañales para su hijo.
-Y esa casta aristocrática encima nos llama demagogos.
- Sí, mientras ellos gozan de todo tipo de privilegios y realizan todos los abusos imaginables.
-Hasta aquí he llegado, Pedro. Te prometo que no volveré a votar. Todo es un sinsentido, insultante, un escupitajo a esa cacareada sociedad del bienestar. Delincuentes gozando de un lujo asiático, siete años de diputado y pensión generosa y completa, mientras a ti te obligan a trabajar cada vez más años.
-Y, ¡ojo!, son estos mismos corruptos los que te dicen que hay que cumplir la ley. Spain is ruled by mafia.
-Una cerveza y un brindis: ¡Que el país explote, si es imposible la igualdad en la riqueza, abracemos la igualdad en la miseria!
- ¿Qué te pasa Luismi?
- Ya sabes qué pasa. Las tarjetas "B" de Caja Madrid, la sensación de impotencia, de vivir en una asquerosa pocilga, de sentirse sucio y culpable por haber colaborado con mi voto, conscientemente o no, en este repugnante quilombo. Se salvó a la banca con el dinero y el sacrificio de todos y mira el uso que le estaban dando a nuestro dinero.
- Y todavía no sabemos el concepto, en qué se lo han gastado: ¿en putas? ¿en coca? ¿en viajes? ¿en aparatos electrónicos?. Y ahí han metido la mano miembros de todos los partidos y sindicatos, un escándalo de proporciones estratosféricas, 15´2 millones de euros que me temo es sólo la punta del iceberg. Entiendes ahora lo que te decía de la desafección de los ciudadanos hacia los políticos, y mientras la Agencia Tributaria ignoraba este nauseabundo pozo de corrupción -uno más-, no se le ocurre otra cosa que desvalijar a los emigrantes retornados, lo que ha obligado a alguno a suicidarse por no poder acometer la deuda con el Estado español.
-Tenías razón, joder, tenías razón en todo. Los políticos españoles no aman a España, su único opio es el dinero, las ideologías han muerto, la permisividad y fragilidad de la justicia es alarmante, está secuestrada por los políticos, bajo la bota del poder legislativo, ha llegado el momento de sentir vergüenza de pertenecer a esta mierda de país. No puedo más.
-Bienvenido al selecto club. Pero nos dirán que se tomarán medidas, es decir, habrá más recortes, se abaratará más el despido y el dinero dilapidado lo tendremos que reponer los de siempre. Lo evidente es que las instituciones no funcionan, hay millones de españoles a los que les da todo igual y otros millones que se lo juegan todo en unas urnas con las cartas marcadas. En verdad, tío, la cosa es muy grave, de lo que hablamos es de un un banco rescatado que deshaucia a ancianos y se queda con el dinero de pequeños inversores... Pero si emplumaron a una mujer que se encontró una tarjeta de crédito y la usó para comprar pañales para su hijo.
-Y esa casta aristocrática encima nos llama demagogos.
- Sí, mientras ellos gozan de todo tipo de privilegios y realizan todos los abusos imaginables.
-Hasta aquí he llegado, Pedro. Te prometo que no volveré a votar. Todo es un sinsentido, insultante, un escupitajo a esa cacareada sociedad del bienestar. Delincuentes gozando de un lujo asiático, siete años de diputado y pensión generosa y completa, mientras a ti te obligan a trabajar cada vez más años.
-Y, ¡ojo!, son estos mismos corruptos los que te dicen que hay que cumplir la ley. Spain is ruled by mafia.
-Una cerveza y un brindis: ¡Que el país explote, si es imposible la igualdad en la riqueza, abracemos la igualdad en la miseria!