Querido colega Marañón: a estas alturas, en pleno siglo XXI, se me hace dificil no andar por los cerros de Úbeda escribiendo Greguerías sin sentirme ridículo, habida cuenta de las moralejas que me prorciona el... <<modo avión>>, tan de moda en nuestro puente aéreo particular. Te preguntarás a cuento de que los puntos suspensivos y entreparéntesis que nunca acostumbro usar entre nosotros: pues bien, mi editorial (ya se sabe que el dinero además de ideologías tampoco entiende de letras), me ha sugerido que ponga al dia una nueva temática,"las biomerias",, para el mercado chino, pueblo que como tú sabes, desde muy antiguo mantiene la moral muy alta. Dadas mis múltilpes ocupacoines en los más diversos campos (como buen hombre del renacimiento que por ello debe renunciar a visitar los cimatográfos) lo pongo en tu conocimiento por si pudieras echarme una mano, ya que no dos. Sin otra se despide tu paisano Gómez de la Serna. POST SCRIPTUM: perdona si olvidaba decirte que desoyendo el consejo niezschano de hacer el aperitivo en casa la´última ocasión en la gasolinera, cuando iba por la segunda botella de Catalina Arroyo... pero en fin me apremian las obligaciones... en cuanto tenga otro momento etc. etc. etc...........
Estimado Ramón, ¡cuánto tiempo!
Mencanta leerte, parece que te estoy viendo en aquel Madrid infernal de 1936 muerto de miedo a que nos quitaran el pellejo por intelectuales: recuerdo que ibas tieso como un clavo y peinado como un tornillo: con la raya en medio. Y ya en Buenos Aires, más calmados, con tu bella esposa Luisa, cuando valientemente dijiste: “ ¡Yo soy de Azaña!”, solo porque era una locura decir lo contrario “asá”.
Yo creí que Nietzche no hacía el aperitivo fuera de casa, sino fuera de sí: excepto cuando hablaba con Zaratustra que lo hacía en la pastelería de Al Bicerin (Turín), donde se sentaban los cuatro en una mesa con dos sillas.
Me siento orgulloso de pertenecer contigo a la Generación de 1914: los del 98 eran unos pesimistas patológicos y los del 27 unos cursis sensibleros: ¡Viva los novecentistas! Prefiero la greguería corta, con su humor y su metáfora, a la quiniela de catorce de algunos sonetos insípidos. PODEMOS (con perdón) decir que Juan Ramón era de los nuestros, aunque le pasaba lo que al vinagre, que no es otra cosa que el mal humor del vino. Por cierto, no sabía yo que la bodega de Catalina Arroyo embotellara también gasolina.
Si te va mal la industria de las “biomerias” con los de oriente, si tencuentras desorientado, no dudes en llamarme que cogeré el teléfono para fumar en pipa por el oído. Ya ves, Ramón, queste colega tentiende a pesar del tiempo.
Con todo el afecto, este que lo era,
Tu paisano Gregorio (1887-1960), que no semos quintos por un año.
(P. D., si lo ves por ahí, da (Vinci) recuerdos a Leonardo. Y si vas al cine, ves bien peinao por atrás, ¡¡VIVA ZAPATA…., DIGO EL HUMOR!).
Mencanta leerte, parece que te estoy viendo en aquel Madrid infernal de 1936 muerto de miedo a que nos quitaran el pellejo por intelectuales: recuerdo que ibas tieso como un clavo y peinado como un tornillo: con la raya en medio. Y ya en Buenos Aires, más calmados, con tu bella esposa Luisa, cuando valientemente dijiste: “ ¡Yo soy de Azaña!”, solo porque era una locura decir lo contrario “asá”.
Yo creí que Nietzche no hacía el aperitivo fuera de casa, sino fuera de sí: excepto cuando hablaba con Zaratustra que lo hacía en la pastelería de Al Bicerin (Turín), donde se sentaban los cuatro en una mesa con dos sillas.
Me siento orgulloso de pertenecer contigo a la Generación de 1914: los del 98 eran unos pesimistas patológicos y los del 27 unos cursis sensibleros: ¡Viva los novecentistas! Prefiero la greguería corta, con su humor y su metáfora, a la quiniela de catorce de algunos sonetos insípidos. PODEMOS (con perdón) decir que Juan Ramón era de los nuestros, aunque le pasaba lo que al vinagre, que no es otra cosa que el mal humor del vino. Por cierto, no sabía yo que la bodega de Catalina Arroyo embotellara también gasolina.
Si te va mal la industria de las “biomerias” con los de oriente, si tencuentras desorientado, no dudes en llamarme que cogeré el teléfono para fumar en pipa por el oído. Ya ves, Ramón, queste colega tentiende a pesar del tiempo.
Con todo el afecto, este que lo era,
Tu paisano Gregorio (1887-1960), que no semos quintos por un año.
(P. D., si lo ves por ahí, da (Vinci) recuerdos a Leonardo. Y si vas al cine, ves bien peinao por atrás, ¡¡VIVA ZAPATA…., DIGO EL HUMOR!).