Buenas noches, querido Miguel. Jejeje, recuerdo levemente lo que cuentas; ya dije que todo eso que ocurría en El Paseo ahora se me antoja milagroso de verdad, y tratándose de un futuro sacerdote, seguro que su Dios puso en alerta máxima a su ángel de la guarda para preservarlo vivo y entero para el gobierno de la Iglesia; no obstante, me inclino más por el racionalismo que me invade: Manuel Luis pesaba entonces muy poco, y como todo lo ligero, caería como caen las pavesas; y don Manuel, como yo, si se cayera hoy -dios no lo quiera- haría "pechiclón", jejeje.
Sí recuerdo, sin embargo, que mi amigo Manolo (yo siempre le llamaré así, porque los amigos no cambian nunca de tratamiento, ni los servidores de Cristo tenían "don" alguno delante de su nombre), lo que recuerdo de él, decía, es su gran sentido del humor y la manera tan sana y sonora que tenía de reírse: espero que no haya perdido ninguno de estos dos verdaderos "dones".
Un fuerte abrazo, mi querido vecino y amigo.
Sí recuerdo, sin embargo, que mi amigo Manolo (yo siempre le llamaré así, porque los amigos no cambian nunca de tratamiento, ni los servidores de Cristo tenían "don" alguno delante de su nombre), lo que recuerdo de él, decía, es su gran sentido del humor y la manera tan sana y sonora que tenía de reírse: espero que no haya perdido ninguno de estos dos verdaderos "dones".
Un fuerte abrazo, mi querido vecino y amigo.