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LA HABA: Ola pedro por lo que yo deduzco de tu reflexión que...

Después de un par de semanas sin darme una vuelta por este entrañable foro me doy cuenta de que seguimos mitificando el pasado. Pero la memoria es lo más cruel que existe, te recuerda que cada día eres más viejo y estás más cerca de la muerte. Claro que el recurso de la nostalgia es lo más fácil, inventar otra realidad, pensar que eramos felices y todo era bonito. Sin embargo, nada era bonito: el tostón de los colegios cutres y desamparados; la sordidez de una infancia de carencias, costras y pesadillas; los difíciles primeros amores y aguantar a amigos coñazos, que es lo peor que se puede ser en esta vida. Todo para ocultar nuestro fracaso, el de una generación que fue abonada con los miedos de la posguerra y que siempre se quedó rezagada en cuanto a los ritos de la modernidad. La memoria es tan despiadada que te recuerda permanentemente que te estás muriendo, un error, una enfermedad, y como decían en Medianoche en París, la negación del doloroso presente. Aunque tal vez el error sea vivir, pero sólo un exceso de lucidez nos puede llevar a reconocerlo.

Ola pedro por lo que yo deduzco de tu reflexión que tu de tu niñez no la disfrutaste mucho. Por eso no te estoy quitando tu forma de vez las cosas de ese tiempo que fue cruel y que se paso hasta hambre. yo como niño de ese tiempo también pase penuria y trabaje de muy niño pero mis recuerdo de la infancia son positivos y muy bueno. Lo único que no esparami positivo es que no me gustaba ir al colegio y hacia bastante capona y ahora lo que se lo estoy ha pendiendo. De lo que dice que te recuerda que ere mas viejo pues eso es verdad. Pues yo te digo que lo importante es ir cumpliendo muchos años y con buen estado de salud y cuando no tenga uno salud que venga San Pedro con la rebaja pero que tarde mucho. un abrazo para todos/as
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
RESPUESTA

Mi infancia fue una infancia de mierda, como la tuya, como la de la mayoría. Bueno, no, la mía fue más negra, más tenebrosa, no recuerdo ni un sólo momento feliz de ella. Mi padre murió dejando una viuda con 38 años, cuatro niños pequeños y un puñado de deudas que nunca le pagaron. Mi padre murió abaratando un poco más el valor y el sentido de mi existencia. Y sinceramente, creo que esa aspereza está mucho más cerca de la realidad que todo ese almíbar que derramáis, porque es hora de ... (ver texto completo)