Todos convendremos en lo útil que ha sido y representado la Constitución de 1978. Pero el momento de crisis económica y política hacen necesario la apertura de un proceso constituyente y la refundación de los valores y principios que parieron la del 78 y crear un proyecto de país nuevo, mucho más allá de la España de las autonomías, "la España del café para todos". Abrir de par en par el proceso a la ciudadanía, de modo asambleario, nombrando representantes, y abandonando el sistema partitocrático actual de forma provisional y buscar un modelo representativo que gestione ese tiempo antes de volver al sistema de partidos. Vislumbro una España federal, rompiendo con las autonomías, aproximándonos al sistema norteamericano o bien al sistema alemán de länders. Que nadie se piense que yo quiero sustituir el sistema de partidos por una República bananera o bolivariana, ni mucho menos.
Se trata de refundar la palabra "demos""cracia" (el poder del pueblo) y devolverle el poder al pueblo para que decida qué opción tomar o seguir. Este planteamiento no es nuevo porque ya lo intentaron sin éxito y sin mucha voluntad los comunistas soviéticos que se quedaron en el penúltimo peldaño de la estructura que definió Marx en EL CAPITAL; se quedaron en la dictadura del proletariado y no pasaron al siguiente paso, que era devolver el poder al pueblo. Se quedaron en un régimen dictatorial, igual que el régimen venezolano, una república bolivariana, disfrazada de socialismo autárquico. Hay que encajar el sistema monárquico parlamentario a la nueva realidad. Encajar la monarquía por muy moderna que ésta sea será difícil, pero se tendrá que hacer. A no ser que se promueva un referendum en el que se pregunte sobre un cambio de régimen: monarquía parlamentaria/ 3ª República. Ese punto es y será espinoso porque los enquistados partidos políticos viven en ese stablishement y ese status quo. Pero muchos partidos del espectro parlamentario y extraparlamentario son republicanos o de principios republicanos -como por ejemplo, el PSOE- que desistieron de ellos para acoplarse al sistema monárquico-parlamentario que establecía el marco constitucional. Creo que ya va siendo hora de que seamos nosotros los que elijamos a nuestro Jefe del Estado, y no que tal Jefatura venga impuesta por razones dinásticas o hereditarias, aunque reine y no gobierne, pero no olvidemos que es el Capitán General de todos los Ejércitos. Y está bien que todo se ponga en cuestión para renovar democráticamente las instituciones y que nada se establezca como intocable. También es el momento de adelgazar la estructura del Estado como sucede en EUA: aquí tenemos gobiernos locales, mancomunidades, gobiernos autonómicos, gobierno nacional y toda suerte de secretarios generales regionales y nacionales por áreas, subsecretarios, consejerías, concejales por áreas, diputados provinciales por áreas, delegados y subdelegados del gobierno, jefes de gabinete de todo lo nombrado anteriormente y así me llevaría un artículo entero. Todo requiere una revisión para llevar al país a una nación potencialmente importante en el mundo y no un apéndice del G-20. Construir un proyecto basado en 3 ejes fundamentales que no son más que derechos inalienables de la persona y que ya se contemplan en la Constitución y que simplemente están ahí y que no se cumplen. Por eso, hay que proponer derogar el 135 que propone el techo de gasto y proponer como artículos blindados los siguientes:
1) derecho a un trabajo digno
2) derecho a una vivienda digna
3) derecho a un salario digno (a poder ser por encima del salario mínimo interprofesional)
Necesitamos una nueva democracia, ya hemos crecido y cumplido de sobras la mayoría de edad. Creemos las condiciones para una nueva transición.
Se trata de refundar la palabra "demos""cracia" (el poder del pueblo) y devolverle el poder al pueblo para que decida qué opción tomar o seguir. Este planteamiento no es nuevo porque ya lo intentaron sin éxito y sin mucha voluntad los comunistas soviéticos que se quedaron en el penúltimo peldaño de la estructura que definió Marx en EL CAPITAL; se quedaron en la dictadura del proletariado y no pasaron al siguiente paso, que era devolver el poder al pueblo. Se quedaron en un régimen dictatorial, igual que el régimen venezolano, una república bolivariana, disfrazada de socialismo autárquico. Hay que encajar el sistema monárquico parlamentario a la nueva realidad. Encajar la monarquía por muy moderna que ésta sea será difícil, pero se tendrá que hacer. A no ser que se promueva un referendum en el que se pregunte sobre un cambio de régimen: monarquía parlamentaria/ 3ª República. Ese punto es y será espinoso porque los enquistados partidos políticos viven en ese stablishement y ese status quo. Pero muchos partidos del espectro parlamentario y extraparlamentario son republicanos o de principios republicanos -como por ejemplo, el PSOE- que desistieron de ellos para acoplarse al sistema monárquico-parlamentario que establecía el marco constitucional. Creo que ya va siendo hora de que seamos nosotros los que elijamos a nuestro Jefe del Estado, y no que tal Jefatura venga impuesta por razones dinásticas o hereditarias, aunque reine y no gobierne, pero no olvidemos que es el Capitán General de todos los Ejércitos. Y está bien que todo se ponga en cuestión para renovar democráticamente las instituciones y que nada se establezca como intocable. También es el momento de adelgazar la estructura del Estado como sucede en EUA: aquí tenemos gobiernos locales, mancomunidades, gobiernos autonómicos, gobierno nacional y toda suerte de secretarios generales regionales y nacionales por áreas, subsecretarios, consejerías, concejales por áreas, diputados provinciales por áreas, delegados y subdelegados del gobierno, jefes de gabinete de todo lo nombrado anteriormente y así me llevaría un artículo entero. Todo requiere una revisión para llevar al país a una nación potencialmente importante en el mundo y no un apéndice del G-20. Construir un proyecto basado en 3 ejes fundamentales que no son más que derechos inalienables de la persona y que ya se contemplan en la Constitución y que simplemente están ahí y que no se cumplen. Por eso, hay que proponer derogar el 135 que propone el techo de gasto y proponer como artículos blindados los siguientes:
1) derecho a un trabajo digno
2) derecho a una vivienda digna
3) derecho a un salario digno (a poder ser por encima del salario mínimo interprofesional)
Necesitamos una nueva democracia, ya hemos crecido y cumplido de sobras la mayoría de edad. Creemos las condiciones para una nueva transición.