Esta mañana, a través del mensaje de un amigo, he recibido la noticia del fallecimiento de Manuel Lorenzo Pajuelo. Se nos ha muerto, en Ourense, envuelto en el silencio de la lejanía y el olvido, el paisano más relevante que La Haba alumbrara en el siglo XX, sin ningún género de dudas. Un hombre hecho a sí mismo: ayudante de molinero, peón de caminos, guardia civil, cura, filósofo, pedagogo, rector de universidad; se han muerto Manolillo, Manuel y don Manuel.
Me apena mucho su muerte y, a pesar de haberlo intentado, cuánto siento no haberle conocido personalmente: lo admiré a distancia, y anoté en mi memoria todo lo que escuché concerniente a su vida; viajé a Zamora, Alcalá y Sevilla, para conocer su trabajo; conversé con alguno de sus colaboradores, profesores y ex alumnos; visité a la organización salesiana en varias de sus “provincias”; recabé datos de su vida laboral en el Ministerio de Trabajo que fue el mentor de las Universidades Laborales; y a él, a Manuel, lo dejé para el final: cuando me decidí a conocerlo, me avisaron que estaba acompañado de otro señor que se llama Alzhéimer; y, triste, desistí en mi intento.
Lo admiré mucho a distancia y me propuse, hace unos años, dos cosas: recabar todos los datos posibles sobre su vida, y escribir una pequeña biografía sobre tan gran hombre. Transcurrido un tiempo más que prudencial, he conseguido atesorar un buen flujo de datos, pero no he logrado -hasta la fecha- volcarlos en un texto para conseguir un reflejo objetivo de su vida: y no lo he conseguido por la simple razón de que no sé escribir con la calidad que yo quisiera hacerlo y el personaje merece.
No obstante, mientras lo mejoro, vuelvo a editar del tirón parte de lo que escribí en el foro relativo a la vida de Manuel. Es un retal, cortísimo, escrito con demasiada premura y sintaxis más que mejorable, pero es el momento de trasladarlo aquí como un pequeño y humilde homenaje a su persona. No obstante, a quien le parezca extenso, o aburrido, pues que no lo lea.
Mi más sentido pésame a su esposa y a sus dos hijos. Descanse en paz nuestro paisano Manuel.
Me apena mucho su muerte y, a pesar de haberlo intentado, cuánto siento no haberle conocido personalmente: lo admiré a distancia, y anoté en mi memoria todo lo que escuché concerniente a su vida; viajé a Zamora, Alcalá y Sevilla, para conocer su trabajo; conversé con alguno de sus colaboradores, profesores y ex alumnos; visité a la organización salesiana en varias de sus “provincias”; recabé datos de su vida laboral en el Ministerio de Trabajo que fue el mentor de las Universidades Laborales; y a él, a Manuel, lo dejé para el final: cuando me decidí a conocerlo, me avisaron que estaba acompañado de otro señor que se llama Alzhéimer; y, triste, desistí en mi intento.
Lo admiré mucho a distancia y me propuse, hace unos años, dos cosas: recabar todos los datos posibles sobre su vida, y escribir una pequeña biografía sobre tan gran hombre. Transcurrido un tiempo más que prudencial, he conseguido atesorar un buen flujo de datos, pero no he logrado -hasta la fecha- volcarlos en un texto para conseguir un reflejo objetivo de su vida: y no lo he conseguido por la simple razón de que no sé escribir con la calidad que yo quisiera hacerlo y el personaje merece.
No obstante, mientras lo mejoro, vuelvo a editar del tirón parte de lo que escribí en el foro relativo a la vida de Manuel. Es un retal, cortísimo, escrito con demasiada premura y sintaxis más que mejorable, pero es el momento de trasladarlo aquí como un pequeño y humilde homenaje a su persona. No obstante, a quien le parezca extenso, o aburrido, pues que no lo lea.
Mi más sentido pésame a su esposa y a sus dos hijos. Descanse en paz nuestro paisano Manuel.
Hola,
Mi nombre es María Teresa Paradela Pérez. Maite para los amigos. He leído su emotivo escrito sobre mi marido, Manuel de Lorenzo Pajuelo, el cual le agradezco dado el sentimiento con el que lo hace, pero tengo que corregirle sobre ese acompañante que según sus informaciones tenía: Alzhéimer. Manuel murió con sus facultades mentales plenas, lo cual agradezco a Dios, dada la extensión de esa enfermedad. Hasta el último momento su estado de salud fue inmejorable, quizá a excepción de sus rodillas, que no le permitían caminar como el quisiera.
Hecha esta corrección, que tanto a mí como a sus hijos nos parece importante hacer, me gustaría aprovechar para dar las gracias a todas las personas que, de alguna manera, conservan a mi marido y su buen hacer en la memoria y comparten sus recuerdos con aquellos que le han conocido o que desean saber algo sobre él y su larga y positiva trayectoria personal.
Me gustaría no perder el contacto con la buena gente de este foro y sobre todo con usted, por si yo pudiera añadir a todos esos datos que ha recogido sacrificadamente en varios lugares de la geografía española alguna información sobre su vida laboral y personal.
Un saludo cariñoso.
Maite.
P. D. Por si les pudiese interesar, les enlazo el artículo que su hijo Manuel publicó sobre su padre en uno de los medios en los que escribe: http://elprogreso. galiciae. com/noticia/349189/mi-padre
Mi nombre es María Teresa Paradela Pérez. Maite para los amigos. He leído su emotivo escrito sobre mi marido, Manuel de Lorenzo Pajuelo, el cual le agradezco dado el sentimiento con el que lo hace, pero tengo que corregirle sobre ese acompañante que según sus informaciones tenía: Alzhéimer. Manuel murió con sus facultades mentales plenas, lo cual agradezco a Dios, dada la extensión de esa enfermedad. Hasta el último momento su estado de salud fue inmejorable, quizá a excepción de sus rodillas, que no le permitían caminar como el quisiera.
Hecha esta corrección, que tanto a mí como a sus hijos nos parece importante hacer, me gustaría aprovechar para dar las gracias a todas las personas que, de alguna manera, conservan a mi marido y su buen hacer en la memoria y comparten sus recuerdos con aquellos que le han conocido o que desean saber algo sobre él y su larga y positiva trayectoria personal.
Me gustaría no perder el contacto con la buena gente de este foro y sobre todo con usted, por si yo pudiera añadir a todos esos datos que ha recogido sacrificadamente en varios lugares de la geografía española alguna información sobre su vida laboral y personal.
Un saludo cariñoso.
Maite.
P. D. Por si les pudiese interesar, les enlazo el artículo que su hijo Manuel publicó sobre su padre en uno de los medios en los que escribe: http://elprogreso. galiciae. com/noticia/349189/mi-padre