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LA HABA: En primer lugar, querido amigo, trasladarte mi contento...

En primer lugar, querido amigo, trasladarte mi contento al leerte. Me tranquiliza saber de ti, la verdad, que momentos he tenido de preocupación contenida al constatar -Foro aparte- que ni Madrid ni La Haba han merecido tu presencia durante muchos meses: y las dos te esperaban, como bien sabes.

Vamos a tener que cambiar aquella sentencia jabeña de “Viajas más que don Pedro Portugal” (que tiene su historia) por esta otra de “Viajas más que el jabeño don Tomás”. Dicho lo cual, el dieciséis de agosto -si mi memoria no me falla- te habrá recordado el calendario que ya tienes una edad, ¿para cuándo, Tomasito, vas a cambiar las volandadas por las sencillas caminatas? O Monterrey por Monterrubio, jejeje. Así que en Méjico, eh, pues nada, cuando ese seminario de tintes económicos te lo permita, disfruta de lo lindo y ten cuidado con lo picante que es mucho, me refiero a las guindas y pimientos que ponen hasta en las chuches de los niños.

Es verdad que estas redes aguardan sorpresas como la curiosa anécdota que cuentas de tu curioso oyente, son cosas de las redes: acercan lo lejano y, a veces, alejan lo más cercano; como es tu caso respecto de tus amigos y a tu tierra, y perdóname el reproche. En cualquier caso, si el morbo del mejicano se torna impaciente, yo tengo escritas doscientas páginas sobre el crimen tercero, el de Tía Casimira (1948) que están a tu disposición, si bien no pueden editarse aún por una razón mu jonda: me falta entrevistarme con parte de la familia de la víctima, una nieta y una biznieta que viven en Cataluña, porque por parte de la familia viva de las autoras del crimen (una hija y una nieta, que tienen mucho que decir en defensa de su honradez y honor) he hablado horas y horas y he tomado cientos de apuntes, con lo que por esta parte tengo cerrado el caso con impactantes sorpresas. El tema es tan horrible como apasionante: hay documentos oficiales, notas muchas, fotografías de las autoras, fotografías de su carcelero, y las contrastadas conversaciones habidas en La Haba, en Madrid, en Don Benito, en Quintana y en Castuera (lo que acaeció en estas dos últimas localidades, concretamente en una finca quintaneja, relativo a la vida de las afectadas por el crimen, es de verdadero impacto).

Y respecto a los otros dos sucesos criminales, uno en el campo jabeño y otro en la calle del Calvario, están menos “trabajados” pero también tienen su aquél. Tomás, que me enrollo: haz el jodío favor de escribir en este nuestro Foro Jabeño, y si alguna vez cuadra…, pues hablaremos, pero de cosas más agradables.

Un fuerte abrazo,