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LA HABA: Vaya, ni siquiera yo, que tengo un amplísimo concepto...

Vaya, ni siquiera yo, que tengo un amplísimo concepto de la libertad y soy el rey del adjetivo, me atrevería a calificar así a los que han aceptado el Premio Nobel, el Príncipe de Asturias o la medalla al Mérito Ciudadano. Pero, seguro que Marlon Brando estaría de acuerdo contigo.

Aquí no se trata de medallas, sino de reconocimiento, del compromiso para ejecutar una tarea inaplazable por su carácter urgente, ya que las instituciones están en la obligación de velar por la salud de sus ciudadanos en todo lo que tenga que ver con su integridad física en un plano cívico. Eso tendrá el valor que cada cual le quiera dar, pero sabrás que ha fallecido mucha gente por accidentes de este tipo que se podían haber evitado. Es decir, no se trata sólo del patrimonio, sino de la seguridad de todos los jabeños y las personas que nos visitan. Y habremos de reconocer, aunque nadie está obligado a ello, que donde otros fracasaron a pesar de su buena voluntad y tenaz insistencia, nuestro actual alcalde, ha triunfado.

Otros alcaldes han conseguido logros importantes. Por ejemplo, además de otros avances como el gimnasio, el pabellón deportivo, el anterior ejecutivo local al frente del cual estaba Juan Pedro Rodríguez, a pesar de hubo gente que criticó la obra, dejó como legado una hermosa Casa de la Cultura donde se celebran actos educativos, formativos y culturales de todo tipo. Además de contar con una biblioteca decente. Claro, la programación cultural siempre es mejorable -yo proyectaría otra distinta- pero eso sería entrar en disquisiciones que hoy no vienen al caso. Seguramente, coincidiré contigo en el rechazo que me provocan las placas laudatorias o conmemorativas, pero ese es un mal menor que, supongo, los políticos -sobre todo locales- deberán corregir con el tiempo. Por supuesto que otros alcaldes aportaron su granito de arena dentro de sus posibilidades, que no eran muchas en la época; desarrollaron las acometidas de agua, adecentaron el firme de las calles y aceras, construyeron una escuela nueva, canalizaron el arroyo, etc. Para todos, mi reconocimiento.

Antes de morir, mi amigo Jesús Gómez, que en paz descanse y que con su cuerpo abone la tierra que tanto quería, pues fue uno de los más significados y pioneros ecologistas de Extremadura, me dijo que, tras una larga vida de protestas (tenía 66 años cuando murió) lo único que había recibido era una patada en los huevos ¿nos vale eso como medalla?

Hagamos de la convivencia cívica un lugar común de encuentro para todas las personas que tienen como bandera los derechos humanos y la libertad, un espacio en donde no tengan cabida la marginación ni la exclusión social de ninguno nuestros semejantes. ¡Avancemos todos juntos!

Saludos cordiales