LA HABA. AYER Y HOY (Breve ensayo de historia)
AUTOR: Antonio Reseco González
AÑO: Junio de 1977
(Capítulo 12)
SIGLO XX
La Haba en el siglo XX ha vivido realidades intensas. Unas presenciadas como testigo, como las dos guerras mundiales, multitud de terremotos cada día más frecuentes, desastres de accidentes, incontables guerras nacionales, golpes de estado, asesinatos, etc., la industrialización de Occidente, los satélites artificiales rusos unos y americanos otros, los hombres en la luna, la fiebre del petróleo, etc. Otras realidades van clavadas en su ser por dentro, las ha vivido como protagonista, han quedado huella en el ánimo de sus vecinos y de sus gobernantes.
Son, primero, los acontecimientos de resonancia nacional, tan vivos en la memoria de muchos: la caída de la Monarquía, la proclamación de la República, tan efímera ella; la dictadura militar; la guerra civil y sus dolorosas consecuencias; y por último la vuelta de la Monarquía con la recién nacida Democracia. Si todo es importante para un país, también lo es para una villa, para un poblado integrado en la vida nacional.
En tres cuartos de siglo La Haba ha visto en España cuatro Regímenes sucesivos. Ha sufrido aplastantes problemas, como el crecimiento demográfico, la falta de escuelas, las malas cosechas, la escasez de viviendas, la falta de puestos de trabajo, la emigración forzosa, la pobreza, el hambre, el cansancio de los buenos, etc.
Económicamente los vecinos de La Haba han crecido en este siglo más que en cualquier otro anterior.
Culturalmente también, aunque los pesimistas se empeñen en ver lo contrario.
Incluso después de los incontables asesinatos de la guerra civil, hasta los odios parece que se van extinguiendo.
Aquí está, pues, La Haba tal como es ahora, tal como se esfuerza por solucionar sus problemas, tal como saborea sus triunfos.
AUTOR: Antonio Reseco González
AÑO: Junio de 1977
(Capítulo 12)
SIGLO XX
La Haba en el siglo XX ha vivido realidades intensas. Unas presenciadas como testigo, como las dos guerras mundiales, multitud de terremotos cada día más frecuentes, desastres de accidentes, incontables guerras nacionales, golpes de estado, asesinatos, etc., la industrialización de Occidente, los satélites artificiales rusos unos y americanos otros, los hombres en la luna, la fiebre del petróleo, etc. Otras realidades van clavadas en su ser por dentro, las ha vivido como protagonista, han quedado huella en el ánimo de sus vecinos y de sus gobernantes.
Son, primero, los acontecimientos de resonancia nacional, tan vivos en la memoria de muchos: la caída de la Monarquía, la proclamación de la República, tan efímera ella; la dictadura militar; la guerra civil y sus dolorosas consecuencias; y por último la vuelta de la Monarquía con la recién nacida Democracia. Si todo es importante para un país, también lo es para una villa, para un poblado integrado en la vida nacional.
En tres cuartos de siglo La Haba ha visto en España cuatro Regímenes sucesivos. Ha sufrido aplastantes problemas, como el crecimiento demográfico, la falta de escuelas, las malas cosechas, la escasez de viviendas, la falta de puestos de trabajo, la emigración forzosa, la pobreza, el hambre, el cansancio de los buenos, etc.
Económicamente los vecinos de La Haba han crecido en este siglo más que en cualquier otro anterior.
Culturalmente también, aunque los pesimistas se empeñen en ver lo contrario.
Incluso después de los incontables asesinatos de la guerra civil, hasta los odios parece que se van extinguiendo.
Aquí está, pues, La Haba tal como es ahora, tal como se esfuerza por solucionar sus problemas, tal como saborea sus triunfos.