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LA HABA: LA HABA. AYER Y HOY (Breve ensayo de historia)...

LA HABA. AYER Y HOY (Breve ensayo de historia)
AUTOR: Antonio Reseco González
AÑO: Junio de 1977
(Capítulo 17)

ACTUALIDAD PSICOLÓGICA

Hay en todos los países y pueblos una tónica general y permanente psicológica que los caracteriza. Así La Haba también tiene su tónica fija. Pero junto a esta invariable nota, se encuentra siempre multitud de variantes, que dependen del momento histórico local, nacional y mundial.
La tónica mundial del momento es la superficialidad, el materialismo, el materialismo y la insensibilidad ante lo espiritual e interno.
La tónica actual del país es la sinceridad, la apertura del trato y respeto a las ideas, un acierto libertinaje, y en la juventud, la afición al gasto y a toda clase de gustos y placeres. Procuran sacar ventaja para sí de todo, incluso de lo religioso.
Los chistes van dirigidos a los antiguos “tabú”: política, Iglesia y sexo.
Los “hobbies” más frecuentes suelen estar al lado de los chistes.
Las diversiones más apasionadas: la bebida, el baile, el fútbol y el “amor”.
Característica fija:
Los “jabeños” (habitantes de La Haba) son impulsivos, sensibles, imaginativos, hospitalarios y dados a la amistad desde el primer encuentro.
Su tendencia primordial es valorar todo lo mensurable, que se puede reducir a cifras y a letras. Pero apenas lo han valorado, pasa con agilidad a otra realidad o a otro aspecto de la misma. Con su penetrante inteligencia captan y aprisionan al momento lo que se les pone delante, pero con la misma rapidez abandonan lo aprendido para poner su atención en otra cosa. Esto les lleva a una renovación constante de su entorno, sus ideas, amores y simpatías. Sin lanza ni espada su voluntad lo envuelve todo, menos lo que tenga cierto peso, densidad o envergadura, que rehuirá siempre esa sutil inteligencia.
Las gentes de La Haba son sagaces observadoras. Su celeridad afectiva y mental, sin embargo, les pone en riesgo de quedarse con una imagen ilusoria de la realidad, y de proyectarse hacie el futuro sin haber valorado suficientemente el presente. El “jabeño” es el tipo del turista incansable, el viajero inquieto, que siempre busca novedades.
Otra faceta de su rica naturaleza es el gusto de libar de amor en amor. Tan peligroso siempre para la unidad matrimonial. Su carácter sufre con frecuencia grandes modificaciones y bruscos cambios, a veces de forma explosiva. Lo cual causa enemistades duraderas, porque una buena dosis de orgullo estorba para las reconciliaciones necesarias. Es sensible al desengaño, pero lo olvida pronto, lo cual evita el aprendizaje de la experiencia, pero así no pierde optimismo.
Son ágiles y hábiles para toda expresión artística. No salen de aquí muchos escultores, pinturas y poetas por falta de formación adecuada y de ambiente apropiado. Hasta poseen inventiva, imaginación. Sobresale su afición a la música, tan común entre la juventud de hoy, poseyendo buenas cualidades ejecutorias. Pero la música, casi siempre acompañada de la canción de moda, se usa como medio de evasión. También esto es muy mundial.
No faltan excepcionales dotes para comunicarse con el prójimo: deportes, radio, libros, televisión, teatro, comercio, etc…
Su carácter es adolescente y juvenil. Tal vez por ello sufre de inconstante. Su carácter, no su edad, se ancla en los umbrales de los veinte años.
Dados al enjuiciamiento, por su concepto espontáneo de la justicia, pasan por la criba de sus “cánones” toda acción o palabra observada en los demás.
Se rinden ante lo majestuoso. Respetan y hasta sobrevaloran el equilibrio donde quiera que lo encuentren.
En medio de sus oscilaciones buscan sinceramente el bueno y lo verdadero. Tanto aman el bien y la verdad que cuando no la tienen optan por aparentarlo. Pues al ser tan sensibles perciben mejor la necesidad que todos tenemos de ello.