La gran
piedra que se encuentra bloqueando la entrada de la tumba, se colocó para sellar la entrada cuando dejó de utilizarse. Después de atravesar la
puerta se accede a un corredor de techo bajo y de 9,15 m de largo, dividido en dos tramos separados por jambas, para llegar finalmente a la cámara funeraria, de unos 5 m de diámetro.
A lo largo del tiempo ha sufrido distintas destrucciones. Se ha utilizado como vivienda, sirvió de cantera y, a finales del siglo XIX, se dinamitó la cubierta de la cámara.