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MANCHITA: Hola paisanos ¿Cómo se presentan las fiestas hogaño?...

Hola paisanos ¿Cómo se presentan las fiestas hogaño?
Yo tengo previsto estar en el pueblo de viernes a domingo, aprovechando que este año caen en fin de semana. Buen momento para estar con la familia y saludar a los manchiteros que viven fuera y vienen a pasar estos días.
Con el paso de los años me apetece mas pasar las fiestas en el pueblo. Después de 40 años fuera ha habido épocas que no solía ir o iba en años aislados, pero es verdad que si no estaba en las fiestas siempre me acordaba, sentía cierta nostalgia y pasaba el día 8 de septiembre en estado melancólico.
Quería contar en este foro algo que pasó hace bastantes tiempo una noche de las fiestas y seguro que muchos lo recordaran, sobre todo los mayores, los más jóvenes podéis preguntadles. De esto debe hacer alrededor de 50 años, yo era muy pequeño. Voy a intentar relatarlo entre lo que yo recuerdo y lo que después he oído a otros vecinos:
Estamos a principio de los años sesenta, todavía se segaba a mano, se trillaba con mulas y se limpiaba con bielos. La recolección de la senara se prolongaba hasta finales de agosto.
Después del largo y caluroso verano estamos en septiembre, estamos en las fiestas y es la noche del día principal, la noche del 8 de septiembre. Esa noche todos los vecinos con sus mejores trajes acuden a la pista. Este año está instalado el baile en la puerta de la Iglesia, la parelilla es un buen sitio para “excusear”, ver lo guapas que están las chicas, algunas ya se atreven a lucir sus piernas con las faldas por encima de la rodilla.
Hace buena noche, sin aire, cielo estrellado, empieza a notarse fresquito, algunas mujeres sentadas en los veladores se ponen sus rebecas mientras miran a los que bailan. La pista de baile está llena, gente mayor y gente joven, todos en el mismo sitio, se movían al compás de un pasodoble, una rumba, un bolero…. La música la ponía un saxofonista muy popular en Manchita acompañado del batería (“el yamba”) lugareño habitual en las fiestas.
Sobre la una de la madrugada empieza un revuelo entre un grupo de los presentes, la gente empieza a alborotase, ¿Qué pasa? Empujones, gritos, sillas por el suelo, vasos rotos,... se trata de un conato de riña entre dos hombres, discusiones, insultos. Interviene la Guardia Civil. Entonces era habitual que una pareja de la benemérita estuvieran “de guardia” en las concentraciones, aunque fueran de fiestas.
En los primeros momentos los civiles no pueden controlar la situación, o al menos eso le parece a un funcionario de la época. Este empleado público decide llamar por teléfono al cuartel de Guareña. Informa al comandante de puesto de que en Manchita se ha formado una batalla campal entre vecinos y que la pareja de no puede sofocarla.
Mientras tanto en la pista los ánimos se han calmado y empieza a normalizarse la situación. La música vuelve a sonar y los vecinos van animándose de nuevo, los chicos vuelve a “sacar” a bailar a las chicas, las chicas bailan en pareja, se bebe vino, zarzaparrilla, anís, coñac, refrescos, los “muñuelos” ya se ven en algunas mesas.
El cabo jefe de puesto de Guareña decide intervenir, con el resto de la dotación del cuartel emprenden camino a Manchita, hay que poner orden entre estos manchegos descontrolados y violentos, pensarían mientras el vehículo enfilaba la recta desde el Cerro Barros rumbo al foco del “conflicto”.
Llegaron por la calle empedrada con el charol en la cabeza y entraron a saco. Los vecinos no entendían lo que pasaba, todo estaba calmado, la fiesta seguía con normalidad. A punta de fusiles ordenaron el desalojo de la pista, fin de fiesta por esa noche y toque de queda, todo el mundo a casa.
Las mujeres gritaban buscaban a sus hijos, los hombres se resistían a obedecer, los más atrevidos pedían explicaciones que se les daba con empujones, intimidación y amenazas.
En poco tiempo el pueblo se quedó desierto, solo alguna autoridad dialogaba con el jefe de los civiles, mientras los números patrullaban las calles para verificar que los humildes ciudadanos no osaban incumplir las órdenes.
No hubo que lamentar daños mayores, solo la desagracia de romper una gran noche de fiesta, debido al exceso de celo de un funcionario y al exceso de autoridad de un cuerpo de seguridad que en aquellos años eran como eran.
Seguramente otros tengan otra versión de este hecho, bien por haberlo vivido o porque se lo han contado de manera diferente. Os animo a que hagáis comentarios sobre este asunto, año en que ocurrió, si estuvisteis allí, si os lo han contado, etc. Lo he relatado a mi mejor saber y posiblemente algunos detalles serán fruto de mi imaginación infantil de aquella noche.
Estaría bien que se contaran otras anécdotas de la Fiesta de Manchita, recuerdos, ilusiones, ideas…
¡VIVA MANCHITA ¡