Según nos explicó la guía, no fue exactamente como nos lo vendieron en las películas. Entre otras cosas raras vez pisaron este suelo leones o leopardos, sino osos,
toros, ciervos (lo autóctono vamos) y al mismo tiempo, pocas veces se mataba al gladiador perdedor ya que a su amo le costaba mucho dinero mantenerlo y prepararlo para el combate. Con las victorias lo que se conseguía era fama y sobre todo la libertad.