La ciudad fue la capital de la provincia
romana de Lusitania. Se inicia así un periodo de gran esplendor del que dan testimonio sus magníficos
edificios: el
teatro, el anfiteatro, el
circo, los templos, los
puentes y
acueductos. Durante siglos y hasta la caída del Imperio
Romano de Occidente,
Mérida fue un importantísimo centro jurídico, económico,
militar, cultural y una de las poblaciones más florecientes en época romana, que Ausonio catalogó en noveno lugar entre las más destacadas del Imperio (incluso por delante de Atenas) y en el siglo III se convirtió en la capital de la Diócesis Hispaniarum. En 412, el rey alano Atax (o Attaces) conquistó la ciudad y estableció en ella su corte durante seis años, hasta que en 418 murió en una batalla contra el rey visigodo Walia y esta rama de los alanos, por consiguiente, apeló al rey vándalo asdingo Gunderico para que aceptara la corona alana. Décimo Magno Ausonio fue un poeta y rétor latino. Los alanos eran un grupo étnico de origen germánico o iranio relacionado con los sármatas, pastores nómadas muy belicosos de diferentes procedencias, que hablaban la lengua irania y compartían con ellos la misma cultura en muchos aspectos. Los visigodos fueron una rama de los
pueblos godos que a su vez pertenecen a los pueblos germánicos orientales. Los visigodos surgieron de grupos góticos anteriores que habían invadido el imperio romano a partir de 376 y habían derrotado a los
romanos en la batalla de Adrianópolis en el año 378. Walia o Wallia (¿?-418) fue rey de los visigodos entre 415 y 418, adquiriendo reputación de bravo guerrero y gobernante prudente. De la dinastía baltinga, hijo de Atanarico, y hermano de Ataúlfo, fue elegido al trono tras los asesinatos de éste y de su sucesor Sigerico. Los vándalos fueron un
pueblo germano de Europa central que habitaban las regiones ribereñas del Báltico, en las actuales
Alemania y Polonia. Su lengua pertenecía a la rama germánica oriental. Su primera aparición en las
fuentes antiguas se remonta al siglo I d. C. en que fueron citado por Plinio y Tácito. Los asdingos fueron un pueblo germánico, más concretamente una ramificación de los vándalos que se establecieron alrededor del siglo II en el área actual de
Hungría, Rumania,
Eslovaquia y Polonia. A finales del siglo III se unen a los silingos e invaden la península ibérica en el 409. Después de firmar un foedus con los romanos reciben tierras en la Gallaecia, el norte de
Portugal y la actual región española de
Galicia. Gunderico, el rey de los asdingos, tras haber sido derrotado por los suevos y los romanos en la batalla de los
montes Nervasos, se marcha con su
ejército a la Bética, donde se convierte en rey de ambas ramas de los silingos y los alanos, mientras que su reino en la Gallecia se incorpora al Reino suevo de Hermerico. Hidacio de Chaves en su crónica no dice cual fue el destino de la población del reino asdingo, si consiguió huir a la Bética o como era
costumbre en la época, fue reducida a la esclavitud. Más tarde, el
reino unido de los vándalos y alanos liderado por Genserico se trasladó al norte de África. Gunderico, rey de los vándalos (407–428) y de los alanos (419-428). Hijo de Godegisilio, rey de los vándalos asdingos, y de su esposa
Flora.