La invasión francesa supondrá para
Mérida, igual que para el resto de
Extremadura, una lamentable pérdida de parte de su patrimonio histórico
artístico, pero con el tiempo se recuperará de estas adversidades. En 1810 fue nombrada capital de la Prefectura de Guadiana y Guadajira. A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 cabecera y sede del partido judicial de Mérida. En el censo de 1842 contaba con 986 hogares y 3780 vecinos. Posteriormente, cambia la situación, ya que al hacer de Mérida un nudo ferroviario, han convertido a la ciudad en un núcleo industrial y de
comercio en alza. Un gran desarrollo que se llevó a cabo entre las décadas de 1950 y 1970 con motivo de su industrialización (Matadero Regional-IFESA, Corchera Extremeña, CEPANSA, factoría de Butano, Centro de Fermentación del Tabaco, El Gavilán, La
Cruz Campo, La Casera, Runianca-Siasa y Zeltia Agraria) lo que atrajo una gran población que se asentó en la ciudad e hizo que esta duplicara la misma, hasta alcanzar cerca de los 45 000 habitantes.