Los restos de la
Casa del Mitreo son, junto a la Casa del Anfiteatro y el área arqueológica de Morerías, las viviendas
romanas más significativas que se conservan en
Mérida. Fue hallada de forma casual en la década de los 70 y ha sido acondicionada en los últimos años para recibir visitas. Recientemente ha tomado más protagonismo entre la población local al servir de escenario para algunos de los actos programados en el festival Emérita Lvdica. Situada extramuros de la ciudad
romana, data de finales del siglo I o comienzos del II, aunque algunas de sus estructuras y decoraciones son de fechas posteriores dadas las remodelaciones que su uso, a lo largo de varios siglos, hizo necesaria. Como en todas las viviendas de este tipo, predominan en ella dos elementos clave: la decoración de sus estructuras con pinturas y
mosaicos, que permitían al propietario reflejar con ellas su poder y riqueza, y el predominio de los espacios abiertos. Del conjunto, destaca especialmente la sala de recepción de invitados, que está pavimentada con uno de los mosaicos más interesantes que han aparecido en la ciudad y uno de los más importantes del mundo
romano. Se trata del
Mosaico Cosmológico, en el que se personifica la concepción del mundo y de las fuerzas de la
naturaleza que lo gobiernan junto a alguna actividad humana.