Este impulso final vino motivado, en buena medida, por tres razones: tener a la cabeza de la municipalidad a don Pedro María Plano, uno de los mejores alcaldes de la ciudad en su
historia; haberse concluido las excavaciones de algunos
edificios de época
romana, especialmente el
Teatro y el Anfiteatro, y ser la década que media entre 1910 y 1920 un momento álgido de la
Fiesta, conocido como Edad de Oro del Toreo (
fruto de la pugna entre dos toreros singulares, Joselito y Belmonte). Los emeritenses no querían perder la oportunidad de convertirse en anfitriones de estos dos colosos del toreo, si bien el
cartel de la corrida inaugural estuvo compuesto por Tomás Alarcón «Mazzantinito», el magistral torero azteca Rodolfo Gaona y Franciso
Posada, un torero de efímera existencia pero que se significó por su valentía y acierto con la espada. En la reseña de su inauguración en la revista taurina Sol y
Sombra, firmada por M. Asins, describe la
plaza como «capaz para 12.000 almas, está dotada de
corrales,
cuadras, hermosos chiqueros, una preciosa
capilla y una enfermería montada con arreglo a los últimos adelantos de la cirugía». La plaza fue clasificada desde su inauguración de segunda categoría, rango que ostentaban entonces los cosos de Algeciras, Aranjuez, Cartagena, Gijón, Jerez de la Frontera, Linares y El
Puerto de
Santa María. Este detalle viene a destacar la importancia dada a esta plaza por la que han pasado las más importantes figuras del toreo de a pie o a
caballo y, cómo no, los mejores hierros de la
ganadería brava nacional. Para el diseño de la plaza, la Taurina Extremeña buscó un profesional de prestigio, el arquitecto municipal de
Badajoz (también lo fue provincial por algunos años) Ventura
Vaca, cuya obra se inserta en las corrientes propias de la época, desde el modernismo hasta el eclecticismo (es obra suya el
edificio de las Tres
Campanas de Badajoz, que podríamos definir de estilo Francés Segundo Imperio; no obstante, en su interior desarrolla una notable
arquitectura de hierro). Vaca, aunque en lo formal se mantenga acorde a la
tradición, será en los detalles decorativos donde experimente novedades de un modernismo que llega a
Extremadura de forma tardía. Toda la provincia está tachonada por edificios diseñados por él. De entre sus obras, cabe destacar la remodelación del
Palacio de la Diputación Provincial, en colaboración con su colega Tomás Brioso; la construcción del
Casino de Badajoz, junto a otro aventajado arquitecto local, Morales Hernández; el pedestal de la
escultura en honor a Moreno Nieto, también en Badajoz; la
casa del Marqués de Solanda de Zafra; el
Mercado de Abastos de Calatrava; el Grupo Escolar Trajano de
Mérida; el Palacio de Justicia, la Cárcel y la Casa
Hospital de la Caridad de Almendralejo, y la casa de Doña Mariana en Llerena (hoy habilitada como Hospedería).