Tiene planta basilical, con tres naves que terminan en tres
ábsides semicirculares. En la cabecera, restos de la basílica paleocristiana y visigoda. Destacan las
capillas laterales del
altar mayor y el artesonado de sus
bóvedas. La
puerta meridional de la
fachada es de estilo
románico. Según indica el
arco apuntado que sirve de
portada a la
capilla, el
edificio es de origen
gótico, si bien se aderezaría en el siglo XVII adoptando una fisonomía plenamente barroca. Un altar es una estructura consagrada al culto religioso, sobre el cual se hacen ofrendas o sacrificios. En algunas civilizaciones antiguas, para designar un altar de
piedra, se utilizaba el término ara, que también es común en la francmasonería para denominar el sitio central en el que se coloca el libro sagrado o el libro de la ley. La más conocida de ellas es el Ara Pacis de la Roma Imperial. El
arte románico fue un estilo
artístico predominante en Europa Occidental durante los siglos XI, XII y parte del XIII. El arco apuntado, también llamado arco ojival, es una tipología extensa de
arcos que están compuestos por dos tramos de arco formando un ángulo central en la clave. Se suele emplear en contraposición geométrica al arco rebajado. El arco apuntado transmite mejor el empuje lateral que uno de medio punto, esto hace que se obtenga mayor sensación de verticalidad. El Barroco fue un período de la
historia en la cultura occidental originado por una nueva forma de concebir el arte y que, partiendo desde diferentes contextos histórico-culturales, produjo obras en numerosos
campos artísticos: literatura,
arquitectura,
escultura, pintura,
música, ópera,
danza,
teatro, etc. Se manifestó principalmente en la Europa occidental, aunque debido al colonialismo también se dio en numerosas colonias de las potencias europeas, principalmente en Latinoamérica. Cronológicamente, abarcó todo el siglo XVII y principios del XVIII, con mayor o menor prolongación en el tiempo dependiendo de cada país. Se suele situar entre el Manierismo y el Rococó, en una época caracterizada por fuertes disputas religiosas entre países católicos y protestantes, así como marcadas diferencias políticas entre los Estados absolutistas y los parlamentarios, donde una incipiente burguesía empezaba a poner los cimientos del capitalismo.