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Escultura de Nuestra Señora del Mayor Dolor en la basílica de Santa Eulalia, MERIDA

También aparecieron otras actas apócrifas, desgraciadamente perdidas, que cargaron las tintas en los tormentos: el potro, el plomo derretido y la muerte en cruz. No obstante, los nuevos pasionarios no son actas procesales sino libros litúrgicos o parenéticos que se leían en la ocurrencia de su aniversario dentro del oficio nocturno y alguna vez en la misa. Consecuentemente aquellos están ligados a la historia del culto. Cuando Gregorio VII suplanta la liturgia hispana por la romana el año 1080 aparecen los legendarios mozárabes, que recogen los milagros de obispos, confesores, monjes y ascetas para ser utilizados como lectura espiritual, y algunas veces contenían pasiones de mártires. Tal es el caso del Acta S. Eulaliae Virginis et Martyris Emeritensis in Hispania; ex MSS. Legendariis Asturicensi, et Segoviensi et edito Hispalensi, la cual es extraída del antiguo pasionario tanto en el contenido como en la forma, llegando a ser en gran parte una transcripción fiel del texto latino.
(23 de Abril de 2019)