Tras este excursus puede que se entremezclen leyenda y devoción popular, pero un hecho históricamente comprobado es que Eulalia nació, vivió y murió en
Mérida y que a pesar de su corta edad se convierte en heroína de todo un
pueblo. La crítica más severa reduce los datos históricos a su patria y al hecho del martirio. La más antigua iconografía de la
santa es la del
mosaico de
San Apolinare Nuovo en Rávena (siglo vi) y los frescos de la
iglesia del
Santo Cristo de la Luz en
Toledo (siglo xii), entre otros. En plena Edad Media aparecen los desdoblamientos: se habla de la “Eulalia
romana” y de “Eulalia de
Barcelona”. A partir del siglo xvi se entabla una larga controversia hasta nuestros días, aún no del todo resuelta. Al menos los relatos de las actas se entresacan de la mártir emeritense. La supuesta compañera Julia por primera vez aparece en las actas eulalienses del siglo vii y sigue en toda la literatura en que se inspira aquélla.