Por tanto, su sepulcro es lugar de peregrinaciones, como lo confirman el diácono emeritense Paulo (siglo vii), Hidacio (siglo v)
san Gregorio de Tours (siglo vi) y san Fructuoso (siglo vii). Con la invasión agarena las reliquias de la
santa se ocultan. Diversos autores las localizan en
Barcelona, Elna, Oviedo o
Mérida. Esta última hipótesis no ha podido confirmarse en los recientes trabajos arqueológicos. No parece desecharse la idea de la posesión de una reliquia de santa Eulalia por la
catedral de Oviedo. La noticia proviene del obispo Pelayo, cuando afirma que el cuerpo fue trasladado a Oviedo por el rey Silo en el año 775. Una arqueta del siglo xi regalada por Alfonso VI guarda, junto a varios huesos, una bolsa con cenizas de la santa. El 10 de diciembre de 1976 el cabildo capitular ovetense dona a la ciudad de Mérida la segunda vértebra cervical, la “axis”.