Fue la
monumental puerta de acceso al espacio sagrado que circundaba a un gigantesco templo de culto imperial. Todo el conjunto estaba cercado por un
pórtico. Este templo, a su vez, englobado en el conjunto del
foro provincial, que daba donde nos consta la existencia de otro templo dedicado a la Concordia de Augusto, algunas de cuyas piezas forman parte del Obelisco dedicado a la Mártir.