La Basílica de Santa Eulalia se construyó durante la época del emperador Constantino, en el siglo V. En el año 1990 se realizaron varias excavaciones que sacaron a la luz importantes hallazgos desde el punto de vista histórico-artístico. Se han descubierto piezas de arte paleocristiano y elementos arquitectónicos de diferentes estilos, como visigodo, bizantino y románico. En la actualidad estos hallazgos se muestran al visitante de forma didáctica y puede apreciar la riqueza escultórica y arquitectónica que alberga el templo. El templo ha sido declarado Monumento Nacional y en él se encuentran los restos mortales de los arzobispos de la sede emeritense y de Santa Eulalia, mártir de la época de Diocleciano. En el itinerario por el subsuelo de la iglesia se puede contemplar la evolución de las casas romanas, una necrópolis del siglo IV, la basílica de la mártir Eulalia siglos V al IX y la iglesia actual 1230. Del exterior de la Basílica destaca el "hornito", una capilla construida en el año 1612 en honor a Santa Eulalia y convertida en la actualidad en un centro de peregrinaje cristiano. En las obras de construcción del "hornito" se utilizaron los restos de lo que fuera un templo dedicado al dios Marte. La iglesia actual de Santa Eulalia data del año 1230, cuando fue reconstruida la anterior basílica tras la reconquista de la ciudad. El templo cuenta con un pequeño museo, por el que se inicia la visita, en el que se muestra la historia del lugar mediante paneles informativos y la exposición de los objetos hallados en las excavaciones. También se utilizan maquetas, dioramas y otros medios audiovisuales.