Se localiza entre
Jerez de los Caballeros y
Valencia de Mombuey. Se trata de un núcleo de más de 6.000 habitantes, que junto con Jerez constituye el foco más importante de la comarca. Hasta este mismo siglo ostentó el apelativo de Oliva de Jerez. De origen
romano según atestiguan los restos hallados en su ámbito, y activo bajo los árabes, el enclave pasó a los templarios en la etapa
medieval. En 1337, junto con
Valencia del Mombuey, fue entregado a don Pedro de
León, Señor de Marchena, quien en 1402 vendió ambos lugares a Gómez Suárez de Figueroa, incorporándose así al Señorío de
Feria. En el siglo XIV resultó destruido también durante las guerras hispanoportuguesas, quedando reducida la población a tan sólo 4 vecinos. En el XV se estimuló su repoblación mediante diversos privilegios y se erigió una fortaleza para seguridad de sus moradores, consiguiéndose su pronta recuperación. En 1654 y 1705 fue arrasado de nuevo, volviendo a florecer otra vez, de manera que a finales del XIX su censo alcanzaba ya casi los 5.000 moradores. En 1758 obtuvo el título de Villa exenta. Crónicas del XVIII mencionan todavía la existencia de la fortaleza, obra de la que en la actualidad no se conserva el menor vestigio. En
artesanía podemos destacar a los maestros talabarderos, dedicados a la fabricación de sillas de montar y toda clase de
aperos para el
caballo.
A la caída del Antiguo Régimen Oliva de Jerez se constituye en municipio constitucional en la región de
Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Jerez de los Caballeros En el censo de 1842 contaba con 856 hogares y 3410 vecinos
Hasta este mismo siglo ostentó el apelativo de Oliva de Jerez.