Encinares de mi infancia,
Alredor de mi ciudad,
Ese
pueblo extremeño,
Que a mi padre vió marchar,
Hoy te miro de frente,
Mis ojos hídricos están,
Recordando, aquel hombre,
Recordando aquel zagal,
Que en su más tierna infacia,
él tuvo que emigrar,
Emigró su ménudo cuerpo,
Ese explendor dejó atrás,
Oliva de la Frontera,
Cuantas veces te escuche nombrar,
En boca de ese extremeño,
Que Alosno se fué a parar,
Del él yo nací, yo no le voy a olvidar,
Como no olvido, su pueblo,
Como no olvido
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