Es verdad, yo tampoco me había enterado. Ha sido esta mañana leyendo los periódicos del día, que he caído en la cuenta que si, que por lo que se ve, ayer, día 14 de noviembre, había habido una huelga general en España. Si, si, como lo estoy diciendo, una huelga general al parecer secundada por el 80% del mundo que sufre y trabaja. Por los otros no, naturalmente. Los otros son los parásitos que viven a costa de ese 80% que ayer se desgañitó por las calles de las ciudades y pueblos de España según lo que dicen algunos periódicos, gritando como posesos: “ a ti, a ti que estás mirando, a ti, a ti, también te están robando”.
Hay periódicos que no dicen eso, que dicen que había por esas calles de Dios unos cuantos descamisados alborotadores a los que había que haber metido en la cárcel preventivamente, para evitar que coaccionaran a los honestos y ejemplares hombres y mujeres que querían estar en su puesto de trabajo produciendo riquezas con el ademan firme y la mirada limpia con la que los patriotas españoles se enfrentaron siempre a las fuerzas destructoras formadas por los parias de la tierra y guiadas, còmo no, por esos ilusos sindicatos que deberían estar totalmente prohibidos porque, aparte de ser un gasto para la honorable sociedad de bien, ya que nos salen por unos cuantos de millones de euros al año, casi casi una centésima parte de los que les damos a nuestra respetabilisíma CEE, ni de lejos cumplen el servicio que esta Conferencia da a nuestra sociedad.
Un ejemplo solo, ya han dicho que no, que nanai, que nones, a la sentencia del Constitucional que dice que el P. Podrido no tiene ninguna razón para dejar de llamar matrimonio al ayuntamiento carnal entre dos tíos, dos tías, o dos medios tíos o tías. Como Dios manda y como debe de ser porque, todo lo demás, tonterías, mentiras de los sindicalistas que engañan con sus patrañas a los obreros o jornaleros que están todos aborregados y se dejan seducir.
Por otro lado no van a llevarle la contraria a nuestros muy excelentísmos gobernantes porque, si estos cumplen cada año acoquinando un poco más, no le van hacer ese feo y, ese aspecto, estos señores y señoras de bien del P. Podrido, están comportándose como está mandado. Mejor que nunca pues, nunca antes, ni con gobernantes de derecha derecha derechona como el de ahora, de medio derechas o de centro derechas o casi centro izquierda (de izquierdas nunca hemos tenido todavía que yo me acuerde en este País), se habían portado tan requetebien. Así que, por lo pronto, silencio y pase lo que pase y oigan lo que oigan, ni pío. Que los bankios se hinchan de millones inyectados previa extracción de los bolsillos más paupérrimos, silencio. Que la gente se tira por las ventanas si ve que llegan los hombres de negro para quitarle sus casas tras quitarle sus ahorros, silencio. Que ven que nadie va a la cárcel robe lo que robe, silencio. Y más si es de la Gürtel. Que un ministro que dejó a Madrid en la ruina quiere cargarse a las mujeres que aborten como han hecho con esa señora indú en un hospital de Irlanda, ¡faltaría más, en la católica Irlanda!, silencio.
Que ayer hubo gente muy enfadada apatrullando las calles y que algún día van a reventar, silencio y, si pasa como en el treinta y séis y les da por quemar iglesias y efigies de madera, pues entonces ya se protestará. De momento, silencio y a chupar y, que sean esos carca que hablan de sus cosas en las televisoras carcas, los que vayan diciendo que no había ni un alma y que todo ha sido un montaje de los sindicalistas para entretener a los desarrapados que no tienen ni donde caerse muertos.
Salud.
Hay periódicos que no dicen eso, que dicen que había por esas calles de Dios unos cuantos descamisados alborotadores a los que había que haber metido en la cárcel preventivamente, para evitar que coaccionaran a los honestos y ejemplares hombres y mujeres que querían estar en su puesto de trabajo produciendo riquezas con el ademan firme y la mirada limpia con la que los patriotas españoles se enfrentaron siempre a las fuerzas destructoras formadas por los parias de la tierra y guiadas, còmo no, por esos ilusos sindicatos que deberían estar totalmente prohibidos porque, aparte de ser un gasto para la honorable sociedad de bien, ya que nos salen por unos cuantos de millones de euros al año, casi casi una centésima parte de los que les damos a nuestra respetabilisíma CEE, ni de lejos cumplen el servicio que esta Conferencia da a nuestra sociedad.
Un ejemplo solo, ya han dicho que no, que nanai, que nones, a la sentencia del Constitucional que dice que el P. Podrido no tiene ninguna razón para dejar de llamar matrimonio al ayuntamiento carnal entre dos tíos, dos tías, o dos medios tíos o tías. Como Dios manda y como debe de ser porque, todo lo demás, tonterías, mentiras de los sindicalistas que engañan con sus patrañas a los obreros o jornaleros que están todos aborregados y se dejan seducir.
Por otro lado no van a llevarle la contraria a nuestros muy excelentísmos gobernantes porque, si estos cumplen cada año acoquinando un poco más, no le van hacer ese feo y, ese aspecto, estos señores y señoras de bien del P. Podrido, están comportándose como está mandado. Mejor que nunca pues, nunca antes, ni con gobernantes de derecha derecha derechona como el de ahora, de medio derechas o de centro derechas o casi centro izquierda (de izquierdas nunca hemos tenido todavía que yo me acuerde en este País), se habían portado tan requetebien. Así que, por lo pronto, silencio y pase lo que pase y oigan lo que oigan, ni pío. Que los bankios se hinchan de millones inyectados previa extracción de los bolsillos más paupérrimos, silencio. Que la gente se tira por las ventanas si ve que llegan los hombres de negro para quitarle sus casas tras quitarle sus ahorros, silencio. Que ven que nadie va a la cárcel robe lo que robe, silencio. Y más si es de la Gürtel. Que un ministro que dejó a Madrid en la ruina quiere cargarse a las mujeres que aborten como han hecho con esa señora indú en un hospital de Irlanda, ¡faltaría más, en la católica Irlanda!, silencio.
Que ayer hubo gente muy enfadada apatrullando las calles y que algún día van a reventar, silencio y, si pasa como en el treinta y séis y les da por quemar iglesias y efigies de madera, pues entonces ya se protestará. De momento, silencio y a chupar y, que sean esos carca que hablan de sus cosas en las televisoras carcas, los que vayan diciendo que no había ni un alma y que todo ha sido un montaje de los sindicalistas para entretener a los desarrapados que no tienen ni donde caerse muertos.
Salud.