Orellana de la Sierra es unos de esos
rincones privilegiados de
Extremadura que atraen al visitante de tal manera que, aquellos que por casualidad o voluntariamente han estado allí, raramente lo olvidan y vuelven. Y es que reúne una serie de características tan singulares que lo hacen muy atractivo en cualquier época del año. Es singular su enclave, su clima, su gastronomía y sobre todos sus gentes.
Situada al NE de la provincia de
Badajoz, en la entrada Oeste de la Siberia Extremeña, se encuentra en la solana de la Sierra de Pela en un
valle formado por la Sierras de la Mesilla y la Sierra Morena y, a un kilómetro y medio el
pantano de Orellana, sobre el
río Guadiana. Estos dos elementos geográficos, la sierra de Pela y el
embalse de Orellana forman una Zona Especial del Protección de Aves ya que son miles de estos animales los que nos visitan en todas las
estaciones. Los
amigos de la
montaña pueden hacer senderismo por estos agrestes parajes y gozarán de la exuberante
flora mediterránea que generosa se ofrece por doquier así como de la presencia de una rica
fauna. Desde el
mirador de “El Cubo “ de El Chorrero el visitante tiene, a sus pies el embalse anteriormente citado y a lo lejos las enormes llanuras de la comarca de La Serena. En el pantano además de contar con dos
playas artificiales y una bonita zona de ocio con un chiringuito que se abrirá próximamente, se pueden practicar los
deportes acuáticos más diversos. Cuenta Orellanita además con dos pistas polideportivas para los amantes de los deportes.
Su situación geográfica, resguardadas de los vientos del norte, hace que se goce de un microclima, caluroso en
verano y muy benigno en
invierno. Como consecuencia en todo el valle prosperan los cítricos, naranjas y limones, de una calidad extraordinaria y que son muy apreciados por los
pueblos vecinos.
La gastronomía es rica y variada y se puede degustar en los tres
bares que tiene el
pueblo. El pestorejo asado del
bar “El Camionero”, los diversos platos de “La Fermina” y las sabrosísimas tapas de diseño y una rica variedad de excelentes vinos de “Los Cheris”, hacen las delicias de los paladares más exigentes. El vino de la tierra es extraordinario. Ya lo dice la jota: “ El vino de Orellanita – es tinto y pasa muy bien. Se te sube a la cabeza, y se tambalean los piés”.
Pero de lo que más se goza en Orellana de la Sierra es de una paz y tranquilidad extraordinarias. Tanto en la cima de sus sierras como en la orilla del pantano reina una calma que degustándola, el alma se serena y parece que estás en el paraíso. Sus gentes son muy amables y hospitalarias y dan al visitante un trato exquisito que hacen que, el que permanece algún tiempo en el pueblo, se sienta un vecino más.
A Orellana de la Sierra se accede desde la
carretera nacional 430 (Badajoz-
Valencia) a ocho kilómetros de
Navalvillar de Pela cogiendo la carretera provincial EX 115 o bien desde Acera, pasando por
Orellana la Vieja a cuatro Km de este pueblo.