En recuerdo a una persona abnegada y trabajadora a la que yo personalmente tenía gran respeto y admiración. Todos los Orellanenses de esa generación, sin exclusión alguna merecen nuestro acato, cariño y consideración. Eran tiempos difíciles y la solidaridad era una palabra con contenido, donde cada uno en sus respectivas profesiones ayudaban de una forma desinteresada a quién lo necesitaba. D. José, mi amigo BIGOTE, con sus golpes, y su gran calidad humana, me hizo pasar ratos muy agradables que ... (ver texto completo)
Mi padre, a quién todos querían y respetaban. Porque ese era su lema.