Cuando leo
Badajoz, no puedo evitar, decir, para mi fuero lnterno, quizas por estas
calles, pasaron loas ancestros de mi marecita, por los que tanto lloro, al perder contacto, con los mismos, me dejo ese deseo sin pedirlo, con los labios, solo con su triste mirada, buscalos, pero he hecho lo posible y nada no he encontrado
a nadie, que pudiera ser descendiente, o alguien que me hable, de conocimiento acerca de la misma. Nunca he visto ese apellido, en todo lo que leo acerca de Badajoz se que es
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