Sé de una mujer que tiene el corazón tan grande que ama con el como el corazón de Dios; y sé que sus cuidados y desvelos son como los de un ángel, como mi ángel de la guarda.
Sé de ella que, cuando fue joven, tenía la madurez de una anciana; y, ya anciana, trabaja con el vigor y la prontitud de una joven.
En su ignorancia, se desenvuelve con el acierto de un sabio; y, en lo que sabe, lo hace con la sencillez de un niño.
Ha sido siempre pobre, y, sin embargo nunca faltó nada; ni siquiera la sonrisa; ... (ver texto completo)
Sé de ella que, cuando fue joven, tenía la madurez de una anciana; y, ya anciana, trabaja con el vigor y la prontitud de una joven.
En su ignorancia, se desenvuelve con el acierto de un sabio; y, en lo que sabe, lo hace con la sencillez de un niño.
Ha sido siempre pobre, y, sin embargo nunca faltó nada; ni siquiera la sonrisa; ... (ver texto completo)